Crítica de The Wolf of Wall Street: caos completamente vacío
Es difícil comparar la filmografía de un director de la talla de Martin Scorsese, y más porque es tan variada que, en cierto punto, alguno de los films comparados recibirán la fuerza bruta de un golpe. The Wolf of Wall Street resulta ser la afectada, ya que realmente no es un buen largometraje, y aún menos si lo comparamos con otros. Esta ¿comedia? liderada por Leonardo DiCaprio es caos traducido a la pantalla grande, una historia que no es una narración, un evento tan vacío como la personalidad de sus protagonistas.
Convertible colorado
La banda argentina Soda Stereo hace más de tres décadas grabó una canción titulada ¿Por qué no puedo ser del Jet-Set?, una narración veloz y exagerada de los beneficios de la clase alta en un intento frenético de querer pertenecer, pero fallando en cautivar a los oyentes, una caótica llamada de auxilio. The Wolf of Wall Street es la versión cinematográfica de esta canción, porque literalmente lo que vemos en pantalla es lujos, riquezas, despilfarro por doquier, pero de ninguna manera podemos siquiera querer identificarnos con Jordan Belfort (DiCaprio), y menos cuando éste es una pronunciación de acciones sin arco narrativo alguno.
Por supuesto que el film comienza a toda marcha y más de un espectador estallará de risa con el caos de Belfort y compañía. Pero esto nunca cambia, agotándolo a uno llegando a la mitad y, para el final (que nunca llega, si dura casi más que El Hobbit), creando deseos de que se apague el proyector o de que todos estallen por los aires en un ataque sorpresa a lo G.I. Joe 2. Los personajes son desagradables, sí, pero también innecesarios: un ensamble fantasma que podría fácilmente ser reemplazado por lámparas con brazos.

Articulación fallida
El humor negro puede ser traducido de varias maneras a la pantalla grande pero, como bien lo demostró Seven Psychopaths el año pasado, se necesita de un ambiente y una interacción entre personajes para generar comedia, y más de este tipo. No alcanza con poner a Matthew McConaughey haciendo ruidos bizarros en medio de un restaurante, y la escena sólo es hilarante por el actor, no por la escena en sí.
El largometraje en cierto punto puede querer transmitir que el caos y despilfarro eventualmente se vuelven tan mundanos como una vida común y corriente, pero todo eso tiene que tener una base. Es algo que ocurrió en la vida real, podemos ver al verdadero Belfort en el film, pero Scorsese no encuentra una manera de articular a estos seres, ni siquiera como personas despreciables con un toque de redención, y eso lleva sólo a 3 horas perdidas en el cine.
El Lobo de Wall Street ya está en varios cines de Latinoamérica.
¿Vieron The Wolf of Wall Street? ¿Les gustó el film?