«Us»: la película de terror que quiere asustarte pero más quiere dejar un mensaje
Después de hacer Get Out, su exitoso debut como director, Jordan Peele explicó que su formación en comedia (había sido estrella de la serie Mad TV y después de su propia serie de sketchs Key & Peele), contrariamente a lo que podía pensarse, había sido esencial en su «entrenamiento» para el horror.
Ambos géneros, dijo, consisten en dominar cierto sentido del ritmo: en uno se prepara el terreno para el remate del chiste, y en otro para una revelación, una aparición, un giro.
Parece haber además un mecanismo creativo común entre imaginar un sketch satírico de televisión y la premisa de una película de horror en Jordan Peele. En ambos se crea un mundo que puede ser absurdo o sobrenatural, que rompe con las reglas conocidas del mundo real. Puede ser llevado hacia un terreno en el que ese absurdo se vuelve gracioso, o uno en que se vuelve terrorífico.
Ideas que se pueden formular siempre partiendo de la pregunta «¿qué pasaría si...?».
Por ejemplo, en los siguientes sketchs de Key & Peele: ¿Qué pasaría si Barack Obama en un acto oficial saluda a sus hermanos de raza fraternalmente y a los blancos con indiferencia e incomodidad? ¿Qué pasaría si hubiera una boda gay en una familia muy conservadora y llevaran a un homosexual como consultor para su preparación? ¿Qué pasaría si en una venta de esclavos nadie quisiera comprar a un par de ellos?
Y en sus películas: ¿Qué pasaría si un grupo de blancos utilizaran la hipnosis para «robarle» los cuerpos a los negros? ¿Qué pasaría si hubiera un mundo oscuro y subterráneo con nuestros dobles idénticos?
Esta última es la premisa de Us, «Nosotros», la nueva película del director sensación del cine de horror actual.
Un sketch televisivo hecho película

Desafortunadamente, Us no tiene desarrollo alguno más allá de esta simple premisa, no profundiza en ella. Se acaba en la formulación de esa idea.
El argumento es extremadamente sencillo: se aparecen los dobles idénticos, con intenciones homicidas, y los protagonistas deben luchar por su vida mientras intentan comprender qué sucede.
La motivación de los siniestros doppelgängers es el simple rencor de tener aparentemente una vida confinada a las sombras y la oscuridad, a diferencia de los privilegiados protagonistas que disfrutan del sol y la playa.
No hay nada más que esto, y se siente como si toda la película pudiera perfectamente haber sido un sketch de televisión, o a lo sumo en un episodio de una antología de horror (la inspiración para la película fue el episodio Mirror Image de The Twilight Zone, serie cuyo reboot está en manos, justamente, de Jordan Peele).
Sobre el final se apresuran las «explicaciones» de ese mundo y esa mitología que nunca fue realmente elaborada ni expuesta a lo largo de la película, y se reserva un giro que no tiene más valor que ser astuto y sorpresivo (los mejores giros argumentales —digamos a la manera de Sexto Sentido o Fight Club— son los que su descubrimiento se hace sólo posible en el final, no los que en el final se revela información que antes había sido deliberadamente ocultada).
Es entretenida, sin dudas, y las actuaciones son muy disfrutables, en una historia diseñada para que los actores se luzcan con roles dobles (están todos muy bien pero Elisabeth Moss tiene quizá el momento más escalofriante interpretando a su «doble», y se destaca la expresiva Shahadi Wright Joseph como la hija adolescente de la familia).
Lupita Nyong’o es perfecta para esa toma que se ha convertido en la marca visual de Peele: rostro en primer plano, ojos aterrados y lágrimas cayendo.
Tiene momentos de humor, naturalmente, pero no integrados en la premisa como sucedía en Get Out, con el resultado de arruinar ocasionalmente la atmósfera espeluznante que debería haber primado. No es la primera película en la que los personajes hacen chistes o se toman con humor situaciones mientras huyen por su vida, pero en Us el tono no parece el adecuado para que esto suceda y queda fuera de lugar.
Cine de horror inteligente, más inteligente que de horror
Us confirma a Jordan Peele como un formulador de alegorías sociales y políticas en clave de horror.
Las virtudes de Get Out pueden haber sido exacerbadas por la valoraron primaria de esa premisa que denuncia el racismo e incluye blancos crueles, sádicos y explotadores, pero era una premisa genuinamente original e intrigante, ejecutada con destreza.
En Us se notan las costuras, se hace evidente que se pensó más en la metáfora —el mensaje— que en la historia y en su ejecución, que se realizó el camino inverso al que se debería haber trazado. Primero se definió cuál sería la alegoría y después se le incluyó trama y personajes, en lugar de crear una historia que, como agregado, resultara tener potencial metafórico.
El perfil que ha construido Jordan Peele le ha valido un éxito impresionante.
Así como Get Out, Us es una de las pocas películas que resultan muy taquilleras y populares, que se discuten y se comentan ampliamente, siendo una historia original y no una secuela o remake o basada en otra obra ya existente y parte de una franquicia, lo cual es muy valorable.
Al mismo tiempo, gran parte de la crítica y el público parecía ansioso por enfrentarse a la película no tanto para conocer la historia o para asustarse, como con cualquier otra película de horror, sino más bien para desentrañar ese significado que, de acuerdo al pacto que se ha creado con Peele, se relaciona a la realidad social y política.
Ciertamente interpretaciones hay muchas.
Quizá la más interesante y mejor sugerida en Us es la que habla de dos Estados Unidos, una alusión a la división política que atraviesa el país.
Uno está a la vista de todos y es el que todos conocemos, otro es oscuro y aterrador y yace en las sombras (¿Fascistas, nazis, pro Trump?).
La idea de todo el país y su gente unidos en uno solo, es literalmente una fantasía, que aparece en una vieja publicidad televisiva (con la que comienza la película) y que al final se concreta en una oscura e irónica farsa.
El mensaje ha sido recibido. Jordan Peele cumplió su misión.
Calificación de Us: 5/10.
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