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‘V for Vendetta’ está lejos de ser un ejemplo de revolución: el detalle que te perdiste

6 Nov 2020 – 04:30 PM EST

La novela gráfica de Alan Moore y David Lloyd, V de Vendetta, con frecuencia es citada como ejemplo pop de "revolución", de lucha y de ideales firmes contra cualquier señal de tiranía.

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Su prometedora descripción de un Reino Unido distópico, y posterior a la guerra, parece sentar las bases para una rebeldía justificada en cualquier época. No obstante, la sed de justicia no alcanza a todos.

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Tanto en los cómics como en el largometraje, los personajes femeninos han sido cuidadosamente estudiados por críticos y especialista en materia de sociología.

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Todos ellos llegan a la misma conclusión: no puede decirse que V for Vendetta es totalmente revolucionaria ni "radical", simplemente porque la independencia y la fuerza no alcanza a las mujeres en la trama.

De hecho dentro del argumento general, todas las mujeres se reducen a objetos dependientes y complacientes con sus cuidadores.

La académica Shaymaa AbdulAali Jasim (Universidad de Mosul) recuerda en sus análisis sobre la historia, que hay cuatro mujeres jóvenes en V de Vendetta: Evey, Rosemary, Helen y Valerie. Todas ellas caen en el arquetipo "nacida sexy" ( reconocido por terapeutas en años recientes).

Éste, se refiere a aquel recurso de ficción que numerosos escritores otorgan a personajes femeninos —y convenientemente atractivos— para depender siempre de una figura masculina. Lo anterior, sin importar que tan fuertes, independientes o poderosas sean por sí mismas.

Si bien Rosemary y Helen debutan como "dependientes" forjándose una existencia a través de su sexualidad, la experiencia de Evey es más compleja.

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A pesar de su potencial capacidad para armar una rebelión por sí sola, Evey es conducida a la impotencia femenina para depender de V.

La primera vez que Evey figura en la trama, se prepara para salir a la calle y empezar a prostituirse.

La joven se presenta de una manera específicamente diseñada para atraer a los hombres. Además de lo evidente, sus enormes ojos permanecen dirigidos hacia arriba: desde una posición subordinada.

Cuando V la convierte en su protegida parece que la salva, pero en realidad, la moldea a su antojo: V la recoge de las calles y la trata como a un cachorro en adopción (hasta le acaricia la cabeza).

Sin embargo, cuando Evey comienza a hacer las preguntas equivocadas, V la abandona hasta que se "redime" y empieza a torturarla con fines de "entrenamiento".

AbdulAali Jasim resalta que Evey se queda al lado de V como una mascota leal: hace lo que él quiere y termina amándolo. En resumen, le agradece las "nuevas humillaciones justificadas".

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Vale la pena destacar que cuando vive con V, Evey retrocede de ser mujer a ser niña. Su protector incluso le lee cuentos, pero ni siquiera en este contexto, la joven deja de ser sexualizada.

Respecto a Valerie, hay un factor que la "salva" de la subordinación masculina: es lesbiana. Eso sí, casi no aparece en escena y es fácilmente olvidada... las escasas veces en que figura, se le objetiviza tanto como es posible dentro de su orientación.

Shaymaa AbdulAali Jasim lo insinúa de manera indirecta: el mundo de V de Vendetta podrá parecer rebelde e ideal para la lucha, pero está muy lejos de serlo.

En este argumento, las mujeres son absurdamente débiles y repetidamente re-victimizadas, con ambos conflictos alrededor, nunca podría hablarse de una verdadera revolución: ni en la ficción, ni en la realidad.

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