"Estoy enamorada": Francisca Lachapel confirma que conoció al hombre que podría ser el padre de sus hijos
La experiencia de la pobreza marcó la vida de la presentadora Francisca Lachapel, pero no constituyó un obstáculo para alcanzar sus sueños, según reveló la presentadora de Despierta América en una entrevista en Primer Impacto para presentar su libro ‘Una reina como tú’, que sale a la venta este martes.
La conductora dominicana cuenta en esas páginas cómo ha sido hasta ahora su vida con sus altas y sus bajas. Narró la violencia que experimentó en su hogar de manos de un padrastro alcohólico. Sin tapujos, habló del costo de la fama y de ese concepto de la belleza, donde su molde parecía no tener cabida.
En entrevista con Jomari Goyso también reveló un detalle que quedó en el tintero: “Estoy enamorada”, confesó, aunque no quiso revelar el nombre de su pareja.
“Lo veo como el padre de mis hijos. Si yo no viera eso en él a lo mejor no estaríamos juntos”, apuntó la artista que ganó el 'Duelo de Reinas', una competencia de baile amistoso donde se enfrentó a Clarissa Molina, su amiga y presentadora de El Gordo y la Flaca y que sirvió de antesala a Premio Lo Nuestro.
Recordando el pasado
La ganadora de Nuestra Belleza Latina 2015 abrió los ojos en Azua de Compostela, una provincia al sur de la República Dominicana, el 5 de mayo de 1989, año en que Madonna popularizó la canción ‘Like a Prayer’. Su infancia transcurrió “en una tormenta... hay cosas que tú no puedes entender y los adultos envueltos en sus propios líos no se toman el tiempo para explicarte. Tú llegas a pensar a lo mejor yo soy el problema, a lo mejor yo soy el estorbo. Entonces empiezas a decirle cosas como esas a Dios (que te lleve)”, afirmó la presentadora.
En esa memoria, que sirvió como proceso de reflexión y de reconciliación con el pasado, la ganadora del ‘Duelo de Reinas’, Francisca Lachapel admitió que todavía le duele repasar los momentos agrios de su pasado.
“Es muy duro recordar. Es muy difícil ver por todo lo que pasaste. En mi casa era todos los días como un campo de pelea y en ese día ya yo estaba cansada. Ya yo estaba harta de verlos pelear. Ya yo no entendía por qué mi mamá seguía con ese hombre. Ya yo no entendía nada y me ganó la ira. Me salí de mí y destrocé todo en mi casa”, comentó sobre un pasaje de su libro.
La vulnerabilidad que gobernaba en su hogar la llevó a emigrar a Nueva York, sin documentos y sin una residencia fija. Un día, cuando ya no le quedaban muchas alternativas, “ fui y me senté en ese parque y lo entregué todo a Dios… y de repente llega un señor como del cielo y me dice ‘tú no eres la hija de Divina’ y yo me quedé fría. La hija de Divina en Nueva York, un hombre que conoce a mi mamá y la relaciona conmigo y ahí Dios me enseñó que él nunca me abandona. Él nunca me deja sola”, señaló durante la entrevista en la cual se le quebró la voz en ocasiones.
El divorcio
La presentadora de televisión indicó que le hubiera gustado contar detalles de su divorcio del empresario Rocky Lachapel, pero que un acuerdo legal impedía a las partes abordar ese tema: “No se va a poder porque el proceso fue muy, muy difícil. Bueno, entre tantos dimes y diretes, hay una condición que es que yo no puedo hablar nada de él y él no puede hablar nada de mí”, explicó sobre la veda.
También abordó la polémica que persiguió su triunfo en Nuestra Belleza Latina, cuando para algunos críticos ella no encajaba con el estereotipo de belleza.
“ Para mucha gente, yo no merecía ganar la corona o si lo merecía era porque ‘la muchachita era buena’ y que buena historia, pero no tenía el físico para ser una reina. Entonces fue muy duro como me trató la gente al principio. Muchas veces me pasó por la cabeza: ‘¿Sabes qué? Yo no sirvo para estar en televisión. Yo mejor voy y hablo como mi jefe y renuncio’", expresó.
Indicó que vivió episodios de depresión y que la fama tenía su costo: “Vivía mi sueño y se alejaba gente que yo quería porque no podían entender lo que estaba pasando. A eso se le suma mi separación”, aceptó. Finalmente, explicó que escribió el libro porque entendió que otras personas podían aprender de su proceso, pese a que todavía le costaba leerlo.