Una buena alimentación es clave para gozar de una buena salud y así poder afrontar los desafíos diarios con la mejor actitud. Entonces, ¿qué estás esperando para incorporar a tu vida de una vez por todas estos buenos hábitos alimenticios?

#1 Desayuna
Como su nombre lo indica, el des-ayuno es la comida responsable de romper el largo ayuno de la noche. Por este motivo, y entre muchos otros, su importancia es indiscutible. A su vez, diversos estudios han demostrado que quienes desayunan ingieren menos calorías durante el día que quienes no lo hacen.

#2 Come frutas y verduras
Trata de consumir 3 tazas de vegetales y dos frutas al día. Para lograrlo, complementa tu almuerzo y cena con una buena ensalada y come de postre la fruta que más te agrade. Estos alimentos son las principales fuentes de los nutrientes que el organismo necesita para mantenerse sano y fuerte.
#3 Hazte un tiempo para ir al mercado
Si no vas al mercado, ¿cómo se supone que podrás concretar el hábito anterior? Así que agéndate una visita al supermercado todas las semanas para asegurarte de tener siempre provisiones. Y, si no te agrada ir de compras, te queda la posibilidad de encargar lo que necesitas por la web.
#4 Toma asiento
Nada de comer parado y a las corridas. Toma tu plato nutritivo y siéntate a saborearlo. Sé consciente de cada bocado y mastícalo lo mejor posible. De esta manera, facilitarás la digestión y le darás el tiempo que tu estómago necesita (20 minutos) para avisarle a tu cerebro que está satisfecho.
#5 Bebe té verde
El té verde es la infusión perfecta para beber después de las comidas. Esto se debe a que contiene muchos antioxidantes y contribuye a acelerar el metabolismo. Asimismo, se cree que esta bebida tiene propiedades anticancerígenas y permite reducir los niveles de colesterol en sangre.
#6 Lleva agua
Siempre que puedas, lleva una botellita de agua contigo. Esta medida te ayudará a mantenerte hidratada y a evitar la retención de líquidos. Haz tu mejor esfuerzo por beber al menos 2 botellitas de agua al día.
Esperamos que tengas en cuenta estos hábitos y que los pongas en práctica para mejorar tu alimentación. Pues, después de todo y cómo bien lo afirmaba el sabio Hipócrates, "somos lo que comemos".