El agua hace que los niños recién nacidos se sientan felices y en libertad, ya que para ellos es su ambiente natural, después de haber estado nueve meses sumergidos en ella dentro del vientre de la madre. En un curso de natación para recién nacidos los niños aprenden primero a ambientarse en el agua, después a moverse y a jugar con ésta, y por último a estar en contacto con otros niños y a trabajar con su físico, lo cual les sirve muchísimo para un mejor desarrollo psicomotriz.
¿Cuándo pueden comenzar a nadar los recién nacidos?
Para comenzar, no es necesario llevarlos a una piscina, ya que el agua es muy fría para ellos. Por eso pueden practicar al menos hasta los 6 meses dentro de la pileta del baño con el agua a una temperatura justa para ellos y acompañado de la madre o del padre.
A partir de los 6 meses pueden comenzar natación para bebés en alguna piscina privada preparada especialmente para ellos, con juegos y colores para que de esta forma les den ganas de entrar al agua.
Un curso de natación para recién nacidos dura aproximadamente 9 meses. Las lecciones son dictadas por especialistas del tema o fisioterapeutas y los recién nacidos entran al agua acompañados de uno de sus padres.

¿Cuáles son los beneficios de la natación para recién nacidos?
Según los expertos del tema, los niños que practican natación desde muy chicos tienen un mayor desarrollo fisico-motor ya que el bebé adquiere una mayor coordinación en sus movimientos. También es importante para el sistema respiratorio, ya que se refuerza, y el niño aprende a respirar mejor y de éste modo eliminar el catarro de la nariz y la garganta más todos los beneficios asociados a una buena respiración.
Además, se refuerza la relación entre padre o madre e hijo, pues aprenden a jugar juntos y de éste modo los niños aumentan la confianza en sí mismos y se sienten más seguros y a su vez los padres aprenden a conocer más a sus hijos. Los niños se hacen más sociables al estar en contacto con otros niños. Estar en el agua y hacer deporte los hace relajar y venir más hambre, por lo cual los niños comen y duermen mejor.
Hay que tener en cuenta que en la primera lección de natación, el recién nacido puede tener reacciones diferentes, como alegría, entusiasmo o incluso hay algunos que no se sienten seguros y lloran. Es importante respetar los tiempos del niño hasta que se acostumbre despacio al agua y a la natación sin exigirles demasiado, pues podría asustarse.