Capturar y transformar: ¿posible solución al exceso de CO2?
En esta era de la información en que nos encontramos, para nadie es un secreto que diariamente estamos emitiendo a la atmósfera millones de toneladas de gases producto de la quema imparable de combustibles fósiles. Visto que se hace muy difícil aunar voluntad política y responsabilidad ecológica para intentar reducir estas dañinas emisiones, los científicos no se han sentado a esperar y han ideado una forma de capturar uno de estos gases, el CO2 y convertirlo en productos útiles a la sociedad, esperando de esta manera contribuir a reducir de forma rentable y efectiva sus alarmantes volúmenes en la atmósfera. Veamos qué ingeniosa solución proponen.
El cobre como aliado

Los estudios, que se han desarrollado en el prestigioso Centro para la Captura y Conversión del CO2, de la universidad norteamericana de Brown, en Rhode Island, se han basado básicamente en el uso del cobre, metal que se conoce que es un excelente electrocatalizador capaz de capturar el CO2 atmosférico y reducirlo, convirtiéndolo en otras sustancias. Este conocimiento es sumamente valioso porque este gas, al ser tan estable, es difícil de hacerlo reaccionar con otros elementos para su transformación.
Un razonamiento lógico hace pensar que mientras más superficie de cobre, mayor posibilidad de reacción con el dióxido de carbono del aire y mayor posibilidad de captura del mismo. Sin embargo, aunque se ha intentado aumentar esta superficie haciendo rugosos y ásperos los fragmentos de cobre, esto ha sido obviamente insuficiente si se quiere hacer un proceso a gran escala como solución útil al problema que afrontamos con este gas.
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La espuma de cobre como posible solución
Para resolver este problema, los investigadores han recurrido a un invento bastante reciente, la llamada espuma de cobre. Este producto se hace, a grandes rasgos, depositando cobre sobre una superficie con hidrógeno y una fuerte corriente eléctrica. Esto produce un burbujeo del hidrógeno que hace que el cobre se deposite en poros y canales formando así algo parecido a una esponja. Esto aumenta notablemente la superficie de cobre disponible en un pequeño espacio.
Al hacer reaccionar esta espuma con el CO2, se vio que el cobre se convertía en ácido fórmico, un compuesto muy demandado para la fabricación de biocombustibles, así como un poco de propileno. Ahora el objetivo es ver si esas cantidades pueden ser reguladas a nuestra voluntad variando la porosidad de la espuma.
La meta de este estudio, según comentan sus autores en ACS Catalysis, es producir a gran escala en el futuro algunos de los productos químicos que necesitamos empleando como fuente sostenible el carbono que la atmósfera de la Tierra tiene en exceso como consecuencia de nuestra propia actividad.
¿Crees que esto pueda ser una solución futura real al problema del exceso de CO2 producto de la actividad industrial del ser humano?
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