Un golpe de Estado puede sonar a lo que su nombre describe: algo que se da, efectivamente, de golpe. Pero aunque cueste creerlo, hasta estos acontecimientos tienen por detrás determinadas reglas e instrucciones a seguir, para cuidar la «buena» imagen del país...
La «excusa» difícil de creer
Un golpe de Estado se define como la toma de poder político de forma repentina y violenta por parte de un grupo de poder (generalmente las fuerzas armadas) donde se ve amenazada la democracia y las principales capacidades del Estado. Pero, pocas veces o mejor dicho nunca se transmite ese mensaje cuando se hace efectivo un verdadero «coup d'État». Afirman que fue una acción espontánea y urgente cuando en realidad llevan semanas o meses planeándolo y se respaldan en que esta es la única medida que podrá «salvar al país» .
La palabra «golpe» se evita, claro, porque según ellos esto no es un golpe sino una «intervención urgente» de la cual todos deben estar agradecidos; eso es lo que se dice en el comunicado, pero que pocas o ninguna persona cree. Se habla de decisiones, nunca de acciones ni represiones, a través de la decisión se da lugar a interpretar que se realizaron una serie de procesos e intercambio de opiniones entre diferentes partes -falsos intercambios y acuerdos, claro.
Las apariencias engañan
No solo cuidan cada palabra utilizada en el discurso que declara el golpes de Estado, sino que también la imagen exterior que se muestra. La vestimenta y el aspecto de quienes lo anuncian jamás está liberada al azar.
En caso de ser un general, por supuesto que estará con su traje en el mejor estado posible y mostrando orgullosamente todas sus pomposas medallas (las propias y alguna extra para aparentar, también). En caso de ser un presidente deberá lucir su traje más pulcro y profesional.
El lugar del mensaje
Por lo general el informe se realiza desde una oficina del gobierno, un espacio que refleje devoción, honradez y franqueza, aspectos que quedan completamente anulados por el sustantivo «golpe». La presencia de la mesa es esencial, ya que se demuestra aún más profesionalismo en el aberrante acto de esa mentirosa declaración.
¿Quiénes lo hacen?
El anuncio a veces es realizado en equipo y a veces por un solo individuo. Han habido diferentes casos a lo largo de la historia, y depende del plan de cada uno. Cuando se dio el golpe en Chile, Augusto Pinochet y 3 generales más aparecieron detrás de la cámara para usar sus mejores dotes de actores y pretender que esta situación los entristecía y preocupaba.
En otros casos, los generales han decidido aparecer solos, como en Turquía en el año 1980 cuando Kenan Evren realizó su aparición en solitario para comunicar que el ejército se había visto obligado a tomar el control por el bien de la nación.
Así que no nos dejemos engañar por su nombre: los golpes de Estado no tienen nada de espontáneos, ni de repentinos.