Los posibles escenarios judiciales para Terry Thompson, acusado de matar al hispano John Hernández
HOUSTON, Texas. – La historia de dos familias de Houston cambió drásticamente la noche del 28 de mayo de 2017, luego de un altercado en el estacionamiento de un restaurante Denny’s del noreste de la ciudad.
Los protagonistas del incidente son John Hernández, un hispano de 24 años padre de una niña de 3, y Terry Brian Thompson, un anglosajón de 42 años padre de tres adolescentes.
El primero murió tras la disputa y el segundo está siendo enjuiciado por su muerte. Esa es la historia simple y llana del caso, pero empieza a tener variantes sustanciales dependiendo de quién cuente los hechos.
Esto ha sido evidente durante el juicio que se adelanta en Houston desde el pasado 13 de junio en contra de Thompson, esposo de una exofocial del sheriff del condado Harris y quien enfrenta cargos de asesinato por la muerte de Hernández. La exoficial, identificada como Chauna Thompson, también enfrenta los mismos cargos, pero su juicio no inicia hasta octubre.
La prueba clave que llevó a que ocho días después de la muerte de Hernández la fiscalía interpusiera cargos de asesinato en contra la pareja, un delito de primer grado, que no tiene excarcelación y que se castiga con penas de entre 5 a 99 años de cárcel, fue un video grabado por un testigo en el que se ve que el acusado tiene al hispano tirado en el piso y lo mantiene inmóvil aplicándole una llave de artes marciales en el cuello. La exoficial está presente en la escena, ayuda a restringirlo y le grita que pare de resistirse.
Ahora la fiscalía tiene el reto de convencer al jurado de que las acciones del acusado no fueron en defensa propia, como alega su abogado defensor. Algo que, según expertos, resulta muy complicado en un Estado como Texas.
“Los fiscales más experimentados coinciden en que uno de los casos más difíciles de pelear (y ganar) es el de defensa propia. Primero porque tienen que rebatir más allá de la duda razonable (que no quede duda) de que el acusado no actuó en defensa propia, una carga muy pesada para el acusador”, explicó a Univision Noticias Neil Davis, abogado penalista.
El otro factor que pesa en este caso contra la fiscalía, según Davis, es que los texanos favorecen el derecho a la defensa propia. “Este es un estado con una historia de fuerte apoyo a las armas, a los derechos de propiedad y al derecho a protegerse… tenemos una de las leyes más fuertes de defensa propia en el país, por lo que tiende a existir un sesgo a favor de la defensa propia y vemos muchas absoluciones en Texas en casos de este tipo”, dijo.
Teniendo en cuenta este ingrediente, los escenarios judiciales a los que se enfrenta el señor Thompson, según el abogado Davis, incluyen:
- Que cualquiera de las partes, fiscalía o defensa, solicite que los cargos del acusado se reduzcan a homicidio imprudencial u homicidio por negligencia, que son menos graves. “Mucha gente sintió que los cargos impuestos fueron exagerados, que este no era un caso de asesinato, sino, a lo sumo, un homicidio imprudencial, que es un delito de segundo grado”, dijo Davis.
- Que la defensa logre convencer al jurado de que su cliente actuó en legítima defensa propia. El acusado sería declarado no culpable, absuelto, y esto constituiría el final del caso.
- Que la fiscalía consiga que el jurado crea sus argumentos y lo declaren culpable de asesinato. Este escenario es menos probable, pero de darse así, en la fase de castigo la defensa hará todo lo posible por demostrar que las acciones de su cliente fueron motivadas por una pasión súbita, que no tuvo tiempo suficiente para tranquilizarse, que lo provocaron, etc. Si el jurado cree esos argumentos la sentencia se reduce y le puedan dar de 2 a 20 años en prisión.
“Me sorprendería mucho si es condenado por asesinato. No creo que la defensa vaya a ceder o renunciar, incluso si lo condenan por asesinato. Simplemente no lo veo siendo convicto de un asesinato en primer grado en el que el rango de castigo es de 5 a 99 años”, dijo Davis.
Para el activista César Espinosa, director de la organización FIEL en Houston y quien ha acompañado y asistido a la familia de la víctima desde que se presentó el incidente, en este caso es difícil saber cuál va a ser la conclusión porque hay mucha evidencia, presentada por ambas partes, que el jurado tiene que tomar en cuenta.
“Vamos a seguir muy pendientes de lo que está ocurriendo para asegurar que haya transparencia y seguiremos apoyando a la familia”, dijo Espinosa.
Se espera que el jurado tenga un fallo del caso en las dos próximas semanas.
Las versiones de lo ocurrido antes y durante la pelea
“El día del incidente, John Hernández salió a jugar fútbol, tomó un par de bebidas (alcohólicas) y luego se fue a casa a reunirse con su esposa y su hija… cuando llegó, decidieron que iban a salir a comer algo al restaurante Denny’s”, con estas palabras Jules Johnson, abogado de la fiscalía, introdujo el caso ante un jurado conformado por ocho hombres y cinco mujeres.
El fiscal Johnson continuó su intervención diciendo que la evidencia y los testimonios que presentaría al jurado dejarían claro que Hernández cometió un error: ir afuera del restaurante y orinar en el estacionamiento, al lado de donde estaba su camioneta. Ese acto, según el fiscal, dio pie a los reclamos airados de Thompson, quien le gritaba a Hernández desde el espacio donde se estacionó a unos cinco espacios de distancia. “Él realmente no estaba prestando atención, siguió caminando hacía la entrada del negocio con la cabeza agachada, (pero) el acusado se ubicó estratégicamente en el camino de John Hernández, le bloqueó el paso y de ahí se desencadenó el altercado”, relató Johnson.
Según esta versión, pasaron solo segundos para que Thompson tuviera al hispano tendido en el piso y lo inmovilizara poniendo su cuerpo sobre él y pasando su brazo alrededor de su cuello. “Le aplicó una llave de estrangulamiento (choke hold) por el primer minuto, el segundo minuto… así hasta completar más de 15 minutos en una confrontación que él estaba dominando… no se detuvo hasta que Hernández paro de respirar”, detalló.
El fiscal dijo al jurado al final de su intervención que el video donde quedó registrado el estrangulamiento, los testimonios de testigos y las explicaciones de expertos sobre el riesgo para la vida de la técnica de la llave que usó el acusado, eran la pieza más pequeña del rompecabezas en este juicio, porque el componente más importante sería su sentido común.
Lo que alega la defensa
“Este el caso de dos papás que se enfrentaron por un periodo de 22 minutos hace más de un año”, así empezó Scot Courney, abogado defensor de Thompson, su intervención ante el jurado.
De ahí empezó a describir a la víctima de su cliente como un padre joven, desempleado, quien prefería pasar sus domingos viendo partidos de futbol, tomando y emborrachándose, despreocupado de su familia.
A Thompson lo pintó como un padre hogareño, quien pasa sus domingos a lado de la familia, haciendo actividades deportivas.
En su relato de los hechos, que incluyó horas exactas, dijo que John Hernández llegó tomado a su casa tarde en la noche y recogió a su esposa y a su hijita para ir a comer al Denny’s.
Contó que, al llegar al estacionamiento del lugar, Hernández quiso pelearse con un cliente que lo estaba mirando alarmado porque, al parecer, notó que estaba tan ebrio que no podía caminar y llevaba a una niña pequeña. Esa persona testificó en el segundo día de juicio y confirmó las palabras del abogado y agregó que Hernández lo había amenazado, por lo que decidió reportar el incidente al 911.
La esposa del fallecido también confirmó en el estrado que John estaba borracho y que había tenido el altercado con el primer sujeto, pero aclaró que fue él, no su esposo, quien amenazó con sacar un arma.
Courney pasó luego a detallar el altercado de la víctima con su cliente, pero lo describió como una pelea que Hernández empezó cuando empujó a Thompson y le dio un puñetazo en un ojo, luego de que éste le reclamara por estar orinando en público y en presencia de sus hijas.
La defensa reconoció que poco tiempo después su cliente tenía sometido al hispano en el suelo y le pasó el brazo por el cuello para restringirlo, aunque explicó que en la posición que estaba no le cortaba su respiración, porque su intención nunca fue matarlo.
Mientras Thompson seguía reteniendo por el cuello a Hernández, según su abogado, algunas personas le gritaban que lo soltara, pero su respuesta, que aparece en el video, fue que no lo dejaría ir hasta que llegaran los policías. “Nunca dijo voy a matarlo o voy a hacerle pagar, lo que dijo fue que lo iba a detener hasta que la policía llegara porque pensaba que era un tipo peligroso”, enfatizó Courney.
El defensor dijo que ninguno de los testigos en la escena hizo nada para detener a su cliente, solo le gritaban que se detuviera, argumentaban, se gritaban entre sí y se limitaron a grabar con celulares.
“(Los presentes) sabían que Thompson tenía al tigre por la cola (controlado)… y ¿qué iba a hacer? ¿dejarlo ir sin saber que pasaría después?”, se preguntó la defensa.
Aseguró, además, que Hernández siguió intentando golpearlo y morderlo mientras estaba restringido. Thompson solo se apartó de Hernández cuando su esposa Chauna, la entonces oficial del sheriff del condado Harris, llegó al lugar y le advirtió, segundos después, que el joven había parado de respirar.
Ella le prestó los primeros auxilios hasta que llegaron las ambulancias, aclaró el abogado.