Antes de ser asesinada, activista mexicana denunció que el policía que debía protegerla no atendía sus llamadas de emergencia
Ciudad de México.- Antes de ser asesinada en el Día de las madres, Miriam Rodríguez Martínez, activista del norteño estado de Tamaulipas, denunció frente a las autoridades que estaba en riesgo y que el policía que se iba a encargar de su seguridad ni siquiera le contestaba las llamadas de emergencia.
En un video dado a conocer por compañeros de Rodríguez, se muestra que al menos una funcionaria del gobierno de Tamaulipas sabía que Miriam, quien buscaba a personas desaparecidas, y temía por su vida. "¿Cuántas veces se me han atropellado mis derechos humanos?", dijo en un foro el pasado 18 de abril.
¿Por qué estaba en riesgo? Miriam Rodríguez consiguió que se arrestara a miembros de Los Zetas, quienes secuestraron, asesinaron y enterraron en una fosa clandestina a su hija. Sin embargo, en marzo de 2017, unos 29 reos se fugaron del penal de Ciudad Victoria, Tamaulipas, entre ellos dos de los inculpados por el homicidio de la menor.
"Se fugaron dos reos secuestradores de mi hija. Uno fue recapturado, pero uno sigue libre. A raíz de eso yo también pedí seguridad y que este reo fuera recapturado, pero hasta la fecha no ha sucedido”, dijo Rodríguez a Gloria Elena Garza Jiménez, subsecretaria de Legalidad y Servicios Gubernamentales.
"La fuga fue desde el 22 de marzo, y hoy día, yo no he visto esa seguridad solicitada. Fue una persona, un policía (municipal) de San Fernando y me dijo que él iba a estar encargado, pero yo no lo he visto. El viernes para ser exacto, a las cuatro de la mañana, le hablé (llamé) como 20 veces y no me contestó. ¿Cuál seguridad?”, reclamó la activista.
Guillermo Gutiérrez Riestra, compañero de Rodríguez, detalló a Univision Noticias que ese reclamo se hizo el 18 de abril, y que incluso “en forma de burla ella les pidió un número telefónico para avisarles cuando ya la hayan asesinado”.
La activista pidió en aquel entonces un botón de emergencia, pues quería que alguien acudiera en su auxilio si había peligro. “Porque a ese policía le estuve hable y hable y no fue; es más, marqué al 911 y no fue”, agregó Rodríguez Martínez.
Por su parte, el portavoz de Seguridad de Tamaulipas, Luis Alberto Rodríguez, explicó a la agencia Efe que los implicados en el crimen contra la hija de la activista son Enrique Yoel Rubio Flores y José Antonio Acevedo Reyna, quienes sí se escaparon del penal de Ciudad Victoria pero ambos fueron recapturados.
Más activistas en riesgo
Este caso ha evidenciado el peligro que corren los activistas en México. Graciela Pérez, quien también fue compañera de Miriam, dijo a Univision Noticias que los demás buscadores de personas desaparecidas están en un riesgo latente.
“Estamos expuestos tal como Miriam. Hacemos exactamente lo que ella hacía, porque ante la falta de búsqueda de nuestros familiares (que debían hacer las autoridades), entonces nosotros los estamos buscando. Y nos exponemos demasiado, pero tenemos que hacerlo”, aseguró Graciela Pérez.
En su opinión, el asesinato de su compañera evidencia la omisión de las autoridades. Sumado a que la fuga de los reos “nos indica que hay complicidad”.
Mujeres como Miriam o Graciela han tenido que emprender la búsqueda de sus hijos, con todos los riesgos que eso supone. Situación que se replica en otras partes de México, donde hay más de 27,000 desaparecidos, según cifras oficiales.
En el convulso estado de Veracruz, por ejemplo, más de 100 madres que integran el Colectivo Solecito se hicieron de picos, palas y varillas para buscar bajo tierra a sus familiares. Fue así como dieron con la fosa clandestina más grande de México, donde se han exhumado más de 253 cadáveres.
“Yo no busco a mi hijo nada más, sino también a los hijos de mis compañeras. Cada cuerpo que encontramos en Colinas de Santa Fe (donde está la fosa) es una luz, es una tranquilidad que le vamos a dar a una familia”, dijo a Univision Noticias Marta González, madre del oficial Luis Alberto Valenzuela, quien desapareció el 11 de enero de 2013 en el costero municipio de Úrsulo Galván.
El amor, explicó Marta, es el principal motor que las impulsa a seguir buscando y cavando en fosas. “A veces como mujer y como madre una no piensa en los riesgos; existen, pero no te importa, lo que quieres es encontrar a tu hijo”.