El día en el que ardió el Congreso de Paraguay a través de fotos de millennials
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ASUNCIÓN, Paraguay.- El hilo (o feed) de @everyday.paraguay, un proyecto que creé junto a la fotógrafa paraguaya Maggie Arrellaga para compatir instantáneas de uno de los países más desconocidos de América Latina, está compuesto de imágenes coloridas que suelen mostrar momentos cotidianos y tranquilos. Allí se puede ver a personas vendiendo pescado en el mercado o caminando por las calles del centro con murales magníficos de fondo. Pero el pasado viernes, la secuencia de imágenes sufrió un brusco cambio.
Una protesta estalló frente al Congreso y terminó por prender fuego al edificio en rechazo a la reelección del presidente Horacio Cartes y a EverydayParaguay llegó una fotografía de un joven en el suelo tapándose la cara tras recibir gas lacrimógeno. Para guinda del pastel (estético), otra persona intenta asistirle con una bandera paraguaya en la mano, componiendo un cuadro icónico de la explosión de violencia entre policía y manifestantes. La autora de la foto es la fotógrafa y diseñadora paraguaya Cecilia Rojas (@chicadeplata).
De mostrar la tranquilidad de un domingo en el lago Ypacaraí a llamaradas de un naranja intenso deborando el salón principal de vidrios y espejos del Palacio Legislativo, coches quemados por todo el centro y la sangre de un muerto por disparos de la policía.
Es tan insólito el episodio que pedimos desde la cuenta a nuestros colegas artistas visuales, fotógrafos y diseñadores que subieran sus fotos de estos días a Instagram con el HT #EverydayParaguay para componer un archivo que arroje algo de luz sobre la complicada situación política. Algunos también ofrecieron su testimonio para narrar lo sucedido.
Cecilia, la autora de la imagen del joven gaseado, estaba el viernes cerca de la Catedral Metropolitana, situada a unos 400 metros del Congreso, cuando vio al joven arrodillarse y taparse el rostro. Sacó su celular e hizo muchas fotos que le salieron movidas, excepto esta.
“Lo más impresionante fue ver a un señor de unos 75 años a quien una persona más joven prácticamente lo cargó en el momento en que los cartuchos de gas llegaron a nuestro lugar”, dijo. Cecilia también fue testigo de cómo mucha gente con la cara tapada incitaba a la violencia contra la policía. “A pecho descubierto le decían: 'Acá dispará' a los francotiradores”, añadió.
Fuego
En otra imagen se ve como la gente ingresa al Congreso en llamas, con el suelo de la entrada cubierto de papeles, restos de documentos que los manifestantes sacaron junto a computadoras y hasta carteles de los despachos de los senadores. Se ven los vidrios y espejos de la entrada principal rotos con palos y piedras.
“Viví la quema con demasiada tranquilidad, todo lo que vino después no lo viví. Salí a tiempo. Hubo un uso excesivo de la fuerza de parte de la policía en todo momento”, recuerda Julio Callizo (@juliocallizo), autor de esta imagen, fotógrafo y estudiante paraguayo de 25 años.
Según Julio todo olía a papel, madera y plástico quemado y a gas lacrimógeno. “Olía fuerte, olía a respuesta de un mensaje en el mismo código en que éste fue emitido: la violencia”, dijo.
Los enfrentamientos con la policía duraron toda la noche del viernes con batallas campales por el centro de Asunción. Algunos manifestantes preparaban barricadas de contenedores de plástico, quemaban coches y la policía les disparaba con escopetas.
Durante la noche, se supo de la muerte por los disparos de escopeta de un policía, Rodrigo Quintana, de 25 años, joven militante del opositor Partido Liberal, formación política que convocó la protesta contra la reelección.
En otra de las imágenes del hilo de EverydayParaguay se ve, en la sede del partido, el charco formado por la sangre de Rodrigo, rodeado de un portarretrato con su foto, dos ramos de flores blancas y dos velas azules, el color del Partido Liberal.
Al día siguiente, el centro amanecía con decenas de automóviles calcinados y el Congreso aún humeante.
El Congreso en ruinas
Alineados a la derecha de una columna gris, tres policías custodian el edificio público con todos sus vidrios de la entrada rotos.“Q arda el Estado” dice una pintada en letras rojas en la columna de la imagen tomada el día después de la quema por Mayeli Villalba (@yelialba), fotógrafa y activista paraguaya.
En aquel momento, la calma parecía haber vuelto, pero quedaban las ruinas del Congreso como testimonio de la locura de la noche anterior. Solo habían pasado unas horas de la insólita revuelta y ya había gente haciendo deporte en sus inmediaciones, recuerda Mayeli.
“Las ruinas del Congreso son un símbolo materializado de la realidad política de este país. Necesitamos que esa estructura funcione a nuestro favor y para eso tiene que desaparecer el fascismo que la tiene secuestrada hace varias generaciones", dijo.
Otra imagen muestra un coche quemado y dado la vuelta cerca del Palacio Legislativo. Es de Victoria Van Kan (@victoriavankan), arquitecta y fotógrafa belga de 23 años que vive en Asunción hace casi dos años.
Ella fue el domingo con su bicicleta hasta la plaza frente al Congreso para ver cuánta gente acudía a la protesta que había sido convocada en rechazo a la reelección presidencial cuando vio el vehículo quemado y dado la vuelta. Dice que le gustó la imagen “porque estaba estacionado limpiamente”. “Estaba perfecto, paralelo a la acera y la plaza ya estaba limpia y todo calmado”, me dice Victoria.
La violencia del viernes sorprendió a todo el país y la ciudadanía asuncena no sabía como reaaccionar. Algunos decidieron volver a la plaza frente al Congreso y varios cientos de personas se congregaron en los tres días siguientes para lamentar la muerte de Rodrigo, rechazar la violencia y la posibilidad de reelección.
La plaza
Con antorchas en la mano, un centenar de ciudadanos rodean el monolito situado en el centro de la Plaza de Armas del Congreso. La imagen en blanco y negro infunde solemnidad.
“Era una manifestación que se había convocado de manera pacífica como resistencia al proyecto de enmienda constitucional”, me cuenta la autora Zuca Malky (@zuca_malky), fotógrafa y artista visual paraguaya.
Malky se encontró con un grupo de unas 300 personas de todas las edades, mayoría jóvenes, reunidos entorno a un micrófono abierto al público, canto y representaciones performáticas.
“Las antorchas encendidas representaban la luz en la oscuridad, generando un clima de confraternidad y convencimiento”, me cuenta Zuca, quien fue recorriendo el espacio tomando fotos con la cámara y con el teléfono. “Decidí publicarlas al instante en redes como resistencia pacífica y para visibilizar esto a nivel mundial a través de #Everydayparaguay. Rápidamente algunos compañeros y amigos manifestaron interés por lo que ocurría”, asegura.
Gente de distintos tipos se reunió en las plazas estos días. Miembros del partido en el Gobierno, el Partido Colorado, que se oponen a que el presidente Horacio Cartes sea reelecto y miembros del opositor Partido Liberal, también conservador y que se opone a posibilitar la reelección. Además había muchos ciudadanos no adscritos a partidos e incluso monjas, como se ve en otra de las fotografías de EverydayParaguay.
Paraguay está en vilo siguiendo las negociaciones entre el oficialismo y los opositores y por saber si se resuelve de manera pacífica o violenta la discrepancia sobre la reelección presidencial.
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