América Latina

Un misterio de $2.7 millones: ¿estaba Alex Saab pagando abogados para buscar un acuerdo con EEUU?

No hay claridad sobre quién se quedó con la suma millonaria que el empresario envió a Miami antes de ser acusado de lavado de dinero de la corrupción. Fuentes aseguraron a Univision Investiga que el dinero se usó para pagar abogados que estaban ayudando a Saab a acercarse secretamente al gobierno de Estados Unidos. (Read in English)
23 Jun 2020 – 08:32 PM EDT
Bruce Bagley, en la izquierda, Alex Saab en la derecha.
Crédito: Univision

El gobierno de los Estados Unidos no tardó más de siete meses en lograr que el exprofesor de la Universidad de Miami Bruce Bagley se declarara culpable de lavar dinero producto de la corrupción en Venezuela.

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El pasado primero de junio Bagley admitió ante un tribunal federal de Nueva York que había recibido comisiones por lavar tres millones de dólares de Alex Saab, un empresario colombiano arrestado en Cabo Verde hace más de una semana acusado de corrupción en un tribunal de Miami.

Sin embargo, el caso en Nueva York dejó una pregunta en el aire sobre el destino que se le dio al grueso del dinero enviado por Saab desde cuentas en el extranjero entre 2017 y 2019.

El gobierno confiscó un total de 300,000 dólares que el profesor se descontó como comisión por facilitar el lavado en Miami de múltiples transferencias. Pero no hay ningún documento que refleje qué ocurrió con los 2.7 millones de dólares restantes.

La suma no parece haber sido confiscada por el gobierno federal a pesar de que proviene de la misma fuente: cuentas de Saab en Emiratos Árabes Unidos y Suiza.

Dos personas familiarizadas con el caso del profesor Bagley, que pidieron no ser identificadas, dieron una pista sobre el destino de los fondos. Las fuentes aseguraron que se trata de honorarios pagados a unos abogados que le prometieron a Saab buscar un acercamiento con el gobierno de Estados Unidos dos años antes de ser acusado. Saab le pidió a su amigo profesor que lo ayudara a tramitar discretamente los pagos para evitar que el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela se enterara, agregaron las fuentes.

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Saab fue acusado en julio de 2019 de lavado de dinero producto de operaciones corruptas en Venezuela. En un memorando del Departamento del Tesoro de la misma fecha el empresario es descrito como un operador internacional del gobierno de Maduro. Saab está a la espera de una solicitud de extradición de Estados Unido a Cabo Verde donde fue arrestado el pasado 12 de junio.

¿Quién es Alex Saab, el empresario arrestado y acusado de tratos corruptos con el gobierno de Venezuela?

Nadie sabe


Todo lo que se desprende de los documentos judiciales en relación con los fondos enviados por Saab a la Florida es que se transfirieron a un co-conspirador, también identificado por la acusación como “Individuo 1’’.

Bagley identificó al “Individuo 1’’ como Jorge Luis Hernández, alias Boliche, durante la audiencia de declaración de culpabilidad. Hernández es un informante de las agencias antinarcóticos estadounidenses, según fuentes de Univision. La acusación no explica qué sucedió con el dinero después de que el informante lo recibió.

James Margolin, portavoz de la oficina del fiscal del Distrito Sur de Nueva York, donde Bagley se declaró culpable, respondió a Univision que los fiscales no harán comentarios.

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En febrero pasado, Hernández recibió una llamada de Univision. Después de que el periodista se identificó, colgó. Hace dos semanas Univision le envió un cuestionario preguntando sobre el destino del dinero, pero no respondió.

Tampoco contestó correos ni llamadas María Domínguez, abogada de Saab en los Estados Unidos. Los abogados del profesor Bagley dejaron sin responder preguntas enviadas a sus correos por escrito.

El abogado colombiano Abelardo de la Espriella, quien ha representado a Saab, asegura que no sabe del proceso.

“Desconozco por completo los detalles del caso del profesor Bagley’’, escribió en un mensaje electrónico.

De la Espriella reconoció que recibió honorarios de Saab y su socio Álvaro Pulido que “fueron debidamente reportados a las autoridades’’. “Así es como siempre procedo […] No he cometido delitos’’, agregó.

Pero De la Espriella no explicó qué tipo de contratos firmó con Saab y Pulido.

De la Espriella dijo que “en presencia de dos agentes de una agencia federal’’conoció en Miami a Jorge Luis Hernández, el informante de la operación.

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“No tengo negocios con el señor Hernández’’, afirmó.

También explicó que conoció a Bagley en “en el claustro del que era profesor’’.

¿Quién es Hernández?

Jorge Luis Hernández es un exparamilitar colombiano que ha sido informante de las agencias antinarcóticas de los Estados Unidos durante los últimos 10 años, según fuentes de Univision. “En el camino, desarrolló una reputación de ofrecer resultados, pero también un comportamiento agresivo hacia amigos y enemigos por igual’’, dijeron fuentes a AP.

Hernández es el gerente y fundador de Hernández Deluque Brothers LLC formada por él y su esposa en 2016 en Florida. Un sitio web promueve la firma como una empresa de consultoría legal para “un mundo cambiante’’. Las oficinas de la firma están ubicadas en Weston, Florida, y parte de su dirección de correo electrónico es Boli.6332. Boli es una abreviatura del apodo de Hernández, Boliche.

Dos abogados expertos en casos de lavado de activos, explicaron a Univision que es común que en algunas operaciones encubiertas las agencias federales inyecten dinero del gobierno en transferencias bancarias y entregas en efectivo para simular actividades ilegales. En esos casos, agregaron, no hay confiscación al final de la operación por lo que se trata de recursos oficiales. En el caso contra el profesor Bagley se suponía que la totalidad de los fondos debían haber sido incautados, agregaron los expertos, porque eran producto de transacciones corruptas, según lo dice propia acusación.


De hecho Bagley confesó que sabía del origen ilegal de los fondos en el momento en que ayudó a Saab en el proceso de lavado. Bagley declaró en la audiencia que una persona (Hernández) le dijo que “representaban el producto de sobornos y malversaciones internacionales [de dinero] robados al pueblo venezolano’’.

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Durante la audiencia en videoconferencia, uno de los fiscales del caso reconoció que Hernández estaba recibiendo instrucciones de un “oficial de aplicación de la ley’’ cuando le explicó a Bagley el origen del dinero.

Las comisiones del 10% que recibió Bagley salieron del mismo dinero enviado por Saab.

Los fiscales del caso Bagley señalaron en la acusación que el dinero que Saab envió a los Estados Unidos entre noviembre de 2017 y abril de 2019 fue íntegramente producto de la corrupción, pero no ha explicado por qué no fue incautado.

La maquinaria

Fuentes familiarizadas con el proceso explicaron a Univision que Bagley, de 74 años, conoció a Saab a través de Hernández en la oficina de un abogado de inmigración. El abogado de inmigración había tramitado un permiso de residencia especial para Hernández, acogiéndose a una ley que protege a las personas que corren un alto riesgo de muerte cuando regresan a sus países, después de ser procesados en los Estados Unidos.


Saab contrató al profesor como consultor para inversiones en América Latina y para ayudar a uno de los hijos del empresario a resolver su estatus migratorio, dijeron las fuentes.

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En noviembre de 2017 Saab realizó sus primeras transferencias de dinero a Bagley desde una cuenta en los Emiratos Árabes Unidos a nombre de una compañía de alimentos no identificada en la acusación. Esos fondos y otras tres transferencias electrónicas se depositaron en una cuenta que Bagley había abierto el año anterior en Weston bajo el nombre de su empresa Bagley Consultants.

Según la acusación, Bagley se presentó en el banco con Hernández y obtuvo cheques de caja (cashier checks) por un valor equivalente al 90% de las transferencias de la cuenta de la compañía de alimentos. De allí los pasó a una empresa identificada solo por el fiscal como “Compañía 1’’. En esta primera etapa que va desde noviembre de 2017 hasta febrero de 2018, Bagley transfirió 720,000 dólares a la “Compañía 1’’ y cobró comisiones por 80,000 dólares.

Desde otra cuenta, esta vez en un banco suizo, Bagley realizó ocho transferencias por un total de 1.7 millones de dólares. Los giros se hicieron entre marzo y agosto de 2018.

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La cuenta en la que Bagley recibía estos giros fue cerrada en octubre de 2018 por “actividades sospechosas’’, agrega la denuncia penal, pero el profesor abrió otra en Florida en la que recibió 230,000 dólares. Esa suma la transfirió a la “Compañía 1’’ tras descontar una comisión de 26,000 dólares.

El camino que tomó el dinero desde ese punto es un misterio.

Bagley fue arrestado en noviembre de 2019. Fue puesto en libertad bajo fianza y espera una audiencia de sentencia en octubre.

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Con las manos cubiertas de petróleo, Edward Alexander Barrios organiza la pesca que recogió en el lago de Maracaibo, en Cabimas, al oeste de Venezuela. No hay nadie que esté sufriendo más de las consecuencias ambientales del colapso de la industria petrolera de ese país, hasta hace unos años pionera en el mundo, que los humildes pescadores en las aguas sucias y negruzcas del lago de Maracaibo, una zona de intensa producción petrolera.
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Estas fotografías fueron tomadas a mediados de 2019, cuando aumentaron la cantidad y duración de los apagones provocados por el colapso del sistema eléctrico venezolano. El célebre lago del occidente de ese país se ha convertido en un desolado lodazal de donde emana crudo de oleoductos y plataformas resquebrajadas. Gran parte de la sustancia oleaginosa cubre los pescados y mariscos recogidos por los pescadores, que deben limpiarlos y fregarlos antes de poder venderlos para la exportación.
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Las manchas cubren las lanchas y dañan los motores y redes. Al final de cada acalorado día, los pescadores se lavan afanosamente las manos y pies con gasolina pura. Les salen erupciones en la piel pero dicen, resignados, que ese el precio que deben pagar para poder subsistir. “Esto es como el fin del mundo”, dijo a la agencia AP Lenin Viera, de 28 años, uno de los pescadores que reconoce la dura realidad del trabajo en las cercanías de la ciudad de Cabimas: Si no salen a pescar, sus familias no comen.
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Un pescador quita el petróleo de un cangrejo recién atrapado en el lago. Venezuela tiene las reservas de crudo más abundantes del planeta y fue uno de los países más prósperos del mundo hasta finales del siglo XX, cuando aún era llamada ‘Venezuela Saudita’. Atrás quedaron los días de bonanza, la producción petrolera venezolana ahora es apenas una quinta parte de lo que era hace dos décadas. Muchos atribuyen la crisis a la “revolución socialista” del ahora fallecido Hugo Chávez. Su sucesor, Nicolás Maduro, dice que la culpa la tiene una “campaña imperialista” lanzada por EEUU para derrocarlo.
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Pescadores de cangrejo con su ropa y equipo manchados de petróleo cerca de Cabimas. Expertos ambientales dicen que la contaminación petrolera en el lago comenzó en la década de 1930, cuando se cavó allí un canal para permitir la navegación de buques petroleros grandes. En poco tiempo entró agua salada de mar, lo que mató a parte de la fauna lacustre. Aparte de eso, se desarrolló la agricultura en la zona cercana al lago, lo que vertió fertilizantes a sus aguas y destruyó parte del ecosistema.
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Hoy en día, el lago es un desolado lodazal donde los desechos sucios y manchados aparecen en la ribera. Un hedor fétido permea la zona y llega a las aldeas aledañas, de viviendas humildes hechas de ladrillos y techos de zinc. Ni el ministerio de comunicaciones de Venezuela ni la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) respondieron a las solicitudes de comentario de la agencia AP para este reportaje.
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Esa no es la realidad que vislumbraba Yanis Rodríguez, hoy de 37 años (en la fotografía), cuando empezó a pescar allí siendo adolescente. En ese entonces soñaba con comprarse un carro nuevo y mandar a sus hijas a una escuela privada. “Ya no sueño eso”, declaró Rodríguez, quien vive bajo un régimen de racionamiento de electricidad y a duras penas consigue agua limpia para beber, bañarse o lavar. "Aquí las cosas van de mal en peor”.
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Aparte del riesgo a la salud que implica vivir cerca de aguas contaminadas, hay peligros más inmediatos. Una explosión dejó gravemente quemados a tres pescadores recientemente cuando encendieron el motor de su lancha justo en el lugar donde vertía un escape de gas, envolviéndolos en llamas.
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Los pescadores Erick ALejandro (izq) y Kelvin Alcalá quitan el petróleo acumulado dentro del bote al finalizar la jornada. Los residentes locales dicen que la primera vez que vieron manchas de petróleo en la orilla fue a comienzos del gobierno de Chávez, cuando la industria petrolera empezó a deteriorarse. El socialista sustituyó la estructura de méritos en la organización de PDVSA por el clientelismo político y muchos de los ingenieros y gerentes, formados en universidades públicas del país y en el exterior, emigraron. Finalmente la infraestructura cayó en el deterioro y el desuso.
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En Punta Gorda, cerca de Cabimas, los pescadores sacan los cangrejos del agua manchada de petróleo, los pesan, y luego sus esposas los limpian uno a uno con trapos y cepillos de dientes. Estos crustáceos del lago de Maracaibo comenzaron a ser exportados EEUU en 1968, después que un empresario petrolero de Luisiana descubriera el potencial de este negocio y se lo contara a su hermano, que ya estaba en la industria de los mariscos.
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El pescador Antonio Tello bromea con su hija Génesis mientras limpian el petróleo de los cangrejos. La carga se lleva a plantas procesadoras y de allí al mercado nacional o internacional, pero en ninguna parte se informa que fueron sacados de aguas contaminadas. Parte de este producto procesado se lleva a la vecina Colombia y a EEUU.
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Cornelis Elferink, profesor de farmacología y toxicología de la Universidad de Texas en Galveston, dijo que el ingerir ocasionalmente cangrejo recogido de aguas contaminadas probablemente no implica un riesgo a la salud, pero cree que los que sí están en grave riesgo son los pescadores, que deben trabajar en un ambiente contaminado día tras día. En la fotogra´fia José Lugano, mientras recoge el petróleo que se escapa cerca de las tuberías que llevan gas a su cocina en Cabimas.
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El pescador José Miguel Pérez, empapado en petróleo, sostiene un recipiente con sl almuerzo durante un descanso de la pesca de cangrejos en el lago de Maracaibo. “Esos pescadores venezolanos tienen una existencia infernal”, declaró Elferink. "Están en el epicentro de todo". El agua oleaginosa, los vapores tóxicos y la ingestión diaria de los productos contaminados pueden causar una gran variedad de enfermedades como dificultades respiratorias, lesiones dérmicas e incluso cáncer, estimó.
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Simón Bolívar, de 53 años, dice que ha sido pescador en el Lago Maracaibo desde que tenía 7 años de edad. Al igual que sus compañeros, termina todos los días hundiendo sus pies en un recipiente de gasolina y lavándose el petróleo de sus manos y rostro. Dice que ya está acostumbrado al ardor en la piel.
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Fabiola Elizalzabal lava el pescado capturado por su padre cerca de un terminal de embarque de petróleo crudo en Cabimas. Con la crisis política y la escasez de alimentos que afectan a Venezuela, Bolívar ha perdido 46 libras (21 kilos) en años recientes, y mantiene a su familia básicamente gracias a los cangrejos y otros productos que saca del lago. “Deberíamos tener miedo”, dice Bolívar, bautizado con el nombre del prócer independentista sudamericano. "Si no pescamos, ¿qué comemos? Nadie va a venir a salvarnos".
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