Inmigrantes indocumentados

La caravana se estanca en el sur de México y AMLO deporta a más de 200 migrantes a Honduras

En un comunicado, el gobierno de ese país informó que se trata de los primeros dos vuelos que salen entre varios que seguirán en los próximos días con apoyo de la Guardia Nacional.
21 Ene 2020 – 01:32 PM EST

El gobierno mexicano deportó este martes al primer grupo de hondureños de la caravana migrante en los dos primeros vuelos entre varios que saldrán en los próximos días . La medida fue anunciada en momentos de confusión: mientras un grupo lograba su paso a México durante el fin de semana y el presidente Andrés Manuel López Obrador prometía 4,000 empleos, este lunes la situación en la frontera con Guatemala se tensó luego de que más de 400 personas fue interceptadas por la Guardia Nacional en pleno río Suchiate y otros cientos fueron repelidos con gases lacrimógenos.

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"A las 8:43 horas salió una aeronave de la Guardia Nacional (GN) desde el Aeropuerto Internacional Carlos Rovirosa Pérez, ubicado en Villahermosa, Tabasco, con destino a San Pedro Sula, Honduras, con 110 personas originarias de Honduras a bordo, así como Agentes Federales de Migración y elementos de la GN", se lee en la nota que asegura que reitera "su compromiso por mantener una migración segura, ordenada y regular (...) con pleno respeto a sus derechos humanos", pero que no detalla las razones por las que este grupo fue expulsado de México.

Un segundo vuelo con 109 hondureños partió durante la tarde, informó el Instituto Nacional de Migración. Y, según constató la agenica AFP, durante la noche un grupo de 114 migrantes de ese país abordó voluntariamente autobuses proporcionados por la ONU desde la fronteriza Tecún Umán, en Guatemala, para también regresar a Honduras.

El canciller de México, Marcelo Ebrard, precisó este martes en una rueda de prensa que la deportación fue la opción que ellos decidieron: "Todos los regresos, los retornos asistidos son porque son una opción para ellos (...) Se hace por procedimiento de expresión de voluntad", dijo al definir que casi 1,000 hondureños han tomado la misma decisión y serán devueltos a su país.

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El resto, explicó, están en diferentes estaciones migratorias desde las que realizan diferentes trámites, como solicitudes de refugio o permisos de trabajo temporales.

Un informe del embajador de Honduras en México, Alden Rivera, informó que en los próximos tres días se espera el regreso a Honduras de 1,900 migrantes más.

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El domingo, la Secretaría de Gobernación aseguró que el Instituto Nacional de Migración (INM) había recibido a 1,087 migrantes centroamericanos, en su mayoría de Honduras. De ellos, 424 fueron registrados por Tabasco y 663 en la frontera con Chiapas. Ya para entonces anunciaban que se procedería al retorno asistido en los casos en que la situación lo ameritara.

El ambiente para esta caravana ha estado marcado por extrema confusión, con un gobierno mexicano que les advierte que no les permitirá el paso en medio de las presiones de Estados Unidos para frenar la migración centroamericana al tiempo que les promete acogerlos y respetar sus derechos humanos. Por eso, la tensión arreció durante el fin de semana y muchos de ellos comenzaron a debatirse entre cruzar ilegalmente cuanto antes, esperar a que el grupo creciera en tamaño con la esperanza de diluirse en la masa o lanzarse al río en grupos más pequeños. Y el resultado de tanta confusión se tradujo en la estampida del lunes.


Ebrard se refirió en su alocución a los 4,000 empleos prometidos el viernes por el presidente y aseguró que desde que comenzaron a llegar las caravanas se han asignado unos 3,200. Sin embargo, catalogó como "la inversión más inteligente" la que ha hecho el propio gobierno mexicano en países como Guatemala, Honduras y El Salvador, donde dice que México está creando 20,000 empleos justamente para desalentar la migración y que los ciudadanos se queden en sus países.

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Y la presión de los migrantes no terminó este lunes. Según el canciller, esperan que esta semana arriben nuevos grupos de migrantes a su frontera: "Si así fuera tendremos la misma posición (...) Ayer un grupo intentó entrar por la fuerza al país. Se intentó evitar una tragedia. El día de hoy esperamos retomar el sentido común de quienes están liderando este movimiento". La violencia que se registró el lunes, añadió Ebrard, "no ayuda a la causa migrante".

Parte una nueva caravana apenas horas después del enfrentamiento de la primera con autoridades mexicanas

Por ahora, informó, la Guardia Nacional se mantendrá resguardando la frontera en distintos puntos con 600 funcionarios en cada uno. La medida ha sido una de las tomadas por México para impedir que los migrantes lleguen a territorio estadounidense, sobre todo dadas las amenazas del gobierno de Donald Trump de imponerle sanciones comerciales y cerrar su frontera común.

La caravana que salió hace más de una semana de Honduras es la primera que emprende camino a Estados Unidos desde que Guatemala, El Salvador y Honduras firmaron acuerdos con Washington para convertirse en receptores de los migrantes que circulen por sus territorios para llegar al norte.

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Sin embargo, para distintos analistas, las amenazas de Trump no resuelven la realidad de quienes huyen de la violencia, la pobreza y la falta de empleos en Centroamérica y mientras eso no tenga una solución el resultado seguirá siendo el mismo: por un lado, se formarán nuevas caravanas; por el otro, ante el fracaso de las grandes movilizaciones, los migrantes decidirán viajar en grupos más pequeños de forma discreta, en autobuses o bajo la guía de los coyotes.

Una política de control, detención y deportación

El periodista Alberto Pradilla, autor del libro 'Caravana: cómo el éxodo centroamericano salió de la clandestinidad' y quien cubre la actual para el medio mexicano Animal Político, aseguró este lunes en un artículo de opinión publicado en The Washington Post que aunque AMLO prometió en campaña una política migratoria más humanitaria hacia los centroamericanos, la presión estadounidense a su gobierno ha generado que se haya "sofisticado el sistema para su control, detención y deportación. El trato hacia esta caravana solo lo demuestra".

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Pradilla asegura que a estos migrantes en México solo les espera ser recluidos en cárceles como La Mosca, una antigua fábrica en Chiapas que el Instituto Nacional de Migración utiliza como estación migratoria desde junio de 2019. Allí permanecieron encerrados algunos de los que se entregaron desde el sábado.

El Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, que opera en Chiapas, explicó el sábado en un comunicado publicado en su página de Facebook el trato que recibieron los primeros migrantes a quienes desde el sábado se le permitió el paso a México. En un monitoreo realizado junto a un grupo de organizaciones cuentan que ese día, desde las 9:40 am entraron grupos de entre 20 y 30 personas que no recibieron ningún tipo de atención humanitaria por horas y tampoco se les explicaron las vías por las que podrían regularizarse en México.

"No sabían si serían regresados a sus países y tampoco hacia dónde serían trasladados. Incluso se documentaron varios casos de separaciones de familias por la división aleatoria de los grupos de ingreso. Algunas personas que fueron separadas señalaron que sus familiares adentro de las instalaciones se comunicaron con ellas para decirles que las iban a deportar", se lee en el reporte que resultó del monitoreo del proceso.


Enrique Vidal, subdirector del centro, explica a Univision Noticias que hubo casos en los que los grupos fueron divididos en madres con niños y hombres —muchos de ellos padres— y, luego, parejas que no pudieron demostrar el vínculo familiar eran trasladadas a diferentes centros de detención en México. También ocurría, cuenta, que había traslados solo de hombres o solo de mujeres que provocaban que, por ejemplo, la mujer fuera llevada a la estación migratoria Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas, y el hombre se quede en Tapachula, a decenas de millas de distancia.

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Para Vidal, son evidentes los cambios implementados por el presidente, el más notorio es que ahora puso en manos de la Cancillería —y no de la Secretaría de Gobernación, como solía ser— su política migratoria, dejando también por fuera a organizaciones dedicadas al trato con solicitantes de refugio, como la Comisión Nacional de Refugiados.

"No hay parámetros claros para entender qué persona se podría acoger a cuáles formas de regularización, a cuáles ofertas de empleo", reclama Vidal. "Por otro lado, se invisibiliza que son personas que tienen un perfil de protección internacional, es decir, de refugiadas. Ninguna de estas personas ha recibido un acceso real al refugio y esto se constata en que la Comisión Nacional de Refugiados, que es la encargada de analizar estas solicitudes, está excluida de estos operativos migratorios", agrega. Explica que se trata entonces de devoluciones de poblaciones vulnerables en la propia frontera y en apenas horas.

El director del centro de derechos humanos asegura que con todo lo anterior el estado mexicano incumple sus obligaciones internacionales. A eso se suma que ni a las organizaciones de derechos humanos internacionales ni a las locales se les está permitiendo el acceso a las garitas donde están detenidos los migrantes y desde donde luego son llevados a distintos centros de detención. "Esto viola los tratados internacionales en materia de protección o refugio y viola incluso la propia institucionalidad mexicana", asegura al reclamar que "la opacidad en la detención es uno de los detonantes de la tortura".

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Sobre las ofertas de empleo en El Salvador y Honduras de las que habló Ebrard, el periodista Alberto Pradilla dijo que se trata de salarios que entre 180 y 250 dólares al mes, menos del sueldo mínimo en Honduras, El Salvador o Guatemala. "La propuesta mexicana es que regresen a los sitios de donde escaparon, a buscar una paga que no les da para sobrevivir", escribió.

Vidal es de quienes piensa que el desplazamiento forzado de los centroamericanos no se resuelve solo con el ofrecimiento político —y sin dar detalles de empresas o salarios— de empleos en México o en los países de origen, como destacó Ebrard. "No hay una constatación de que estas ofertas de empleo disminuyan la migración y mucho menos el desplazamiento forzado, porque el desplazamiento forzado no se debe nada más a un empleo como tal (...) Son ofrecimientos falsos que no van a resolver la situación y los consideramos un discurso político más que una política pública".

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