"No hay medicamentos, el agua escasea": las duras condiciones de los migrantes en los albergues de Tijuana
TIJUANA, México. - “Un médico, llamen a un médico”, gritó con voz fuerte y tono desesperado un joven hondureño, mientras entre sus brazos una jovencita de 16 años se convulsionaba. El griterío del muchacho alertó de inmediato a sus compatriotas que se encontraban a su alrededor, entretenidos en otras cosas al interior del refugio temporal en la unidad deportiva Benito Juárez, ubicado en la Zona Norte de Tijuana, donde están los miembros de la caravana de migrantes que quieren pedir asilo en Estados Unidos.
Hubo quienes se quedaron pasmados sin entender bien qué era lo que sucedía, pero otros se movilizaron de inmediato para tratar de encontrar un doctor o paramédico de los que han venido apoyando a los centroamericanos durante su estancia desde el día miércoles 13 de noviembre que se habilitó el espacio. Sin embargo, no aparecía nadie.
La preocupación de los que se encontraban cerca de ambos jóvenes se hizo latente y provocó que algunos curiosos se acercaran al lugar. Mientras la gente se arremolinaba, entre la multitud se escuchó decir: “Yo soy médico”, y se aproximó una persona adulta que de inmediato pidió al joven bajar a la adolescente al piso, para revisarla con su estetoscopio.
“Se sentía mal y no la quisieron atender”, decía el joven en reiteradas ocasiones como queriéndose deslindar del asunto si algo más grave se presentaba. “Está bien enferma y no la quisieron atender, se llama Cinthia Carolina”, agregaba el joven constantemente, temiendo que algo mayor pudiera suceder.
“La joven está bien, solamente abran el espacio para que circule el aire”, pedía insistentemente el médico, pero la horda de curiosos hacía caso omiso, hasta que llegaron más elementos de apoyo de la ciudad de Tijuana, quienes realizaron labores de resguardo del área donde se encontraba la joven, hasta despejarla para que la ambulancia de la Cruz Roja se la llevara para ser valorada.
Esta escena se presentó el día lunes 19 del presente mes, llamando la atención de muchos. Sin embargo, varios de los migrantes consultados señalaron que son escenas que se repiten constantemente desde hace unos días, debido a que el abastecimiento de medicamentos, así como el personal del sector salud, en dicho refugio, es muy escaso o nulo, por lo que la mayoría de las personas suele estar concurriendo a las farmacias para automedicarse.
Sin tener una cifra oficial –porque no todos acuden a consultas-, el director municipal de Atención al Migrante, César Palencia Chávez, compartió en entrevista realizada el pasado martes 20 de noviembre que son “varias” las personas que están enfermas y, aceptó que tanto el abastecimiento de alimentos como el de medicamentos han estado escaseando debido a que el albergue, que se había planteado en un principio para 380 personas y posteriormente para 2,000, ha sido totalmente rebasado y “desbordado” por los más de 4,500 migrantes que actualmente lo habitan.
“Es bien sabido que no se tienen medicamentos para los propios tijuanenses, que se está pasando por una situación difícil con el abasto, ahora imagínate, no hay para un migrante”, dijo el funcionario.
El desabasto, aunado a las precarias condiciones en las que se encuentran los migrantes, han potencializado de manera significante las enfermedades respiratorias entre los miles de migrantes que habitan el espacio: 4, 520 en total, de los cuales 2,808 son hombres, 879 mujeres, 394 niños y 439 niñas, según cifras oficiales del Ayuntamiento de Tijuana.
Dormir a la intemperie con solo un par de cobijas y con las bajas temperaturas que se presentan en las madrugadas, bañarse con agua fría y al aire libre, tener los baños portátiles sucios y carentes de mantenimiento, además del estancamiento del agua utilizada en el campo muy cerca de donde pernoctan, son un foco rojo que en cualquier momento se puede potencializar, como han asegurado algunos especialistas en el tema.
Bajo esas circunstancias, Palencia Chávez también ha asegurado en reiteradas ocasiones que muchas de estas carencias y situaciones se deben a que los propios migrantes, a pesar de saber que ya no hay espacio, no se quieren ir y distribuir en los diversos albergues donde todavía hay capacidad para recibir unos cuantos de ellos.
Albergues al 90% de su capacidad
Albergue Juventud 2000, ubicado en la Zona Norte, así como la Casa del Migrante y el Instituto Madre Asunta, ambos ubicados en la colonia Postal, son tres de los siete albergues con los que el Ayuntamiento de Tijuana tiene coordinación para poder recibir algunos de los migrantes.
Sin embargo, el propio Palencia Chávez señaló que estos están al 90% de su capacidad, es decir que hay alrededor de 1,200 personas –migrantes internos o de otras latitudes- ahorita habitando esos albergues, por lo que en cuanto a espacios los contemplados son solamente alrededor de 700, como se había mencionado desde un principio, antes de que arribaran oficialmente la caravana a Tijuana.
Coordinadores y dirigentes de algunos de estos albergues han mencionado que podrían acondicionar ciertos espacios para poder albergar a algunos de los miles de centroamericanos que actualmente se encuentran en Tijuana, pero que para ello se requieren de recursos para poder realizar esos acondicionamientos físicos.
Bajo ese entendido, la arquidiócesis de Tijuana también ha puesto a la disposición de los migrantes y las autoridades municipales algunos de sus espacios en iglesias de la ciudad, para poder recibirlos, pero estos bajo la premisa solamente de que sean requeridos para su acondicionamiento.
Enfermedades infecciosas
Ietza Bojorquez, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), señaló que independientemente de que los migrantes quieran o no distribuirse en los diversos albergues de la ciudad, mientras estén concentrados en el refugio de la Zona Norte, se debe priorizar la atención al tema de salud, porque muchos de ellos vienen con enfermedades infecciosas y estas pueden replicarse entre la sociedad.
Principalmente porque algunos de los migrantes arriban ya con cuadros más severos y requieren de un tratamiento o seguimiento médico más adecuado para no exacerbar esta situación y dejar que de algo prevenible pueda llegar a ser algo más complicado que requiera de más recursos para su intervención.
Hasta el día 20 de noviembre, que se hizo el último corte en cuanto a la atención médica entre la población que se concentra en el refugio de migrantes, el Consejo Estatal de Salud en baja California informó que se habían ofrecido 1,286 consultas y 387 consultas dentales.
Además que se han atendido a 23 mujeres embarazadas, se han otorgado 818 atenciones por infecciones respiratorias agudas, 2,366 sueros para evitar la deshidratación y 681 frascos de ácido fólico, además se han otorgado 4,832 preservativos, y se han impartido sesiones de autocuidado.
“A veces no alcanza la comida, no hay suficientes doctores y se hace una fila enorme, no hay medicamentos, el agua escasea y nos toca ir a comprar a las tiendas, los baños están sucios y los niños son los que más están sufriendo esta situación”, compartió Dorian Martínez, quien al final hizo un llamado a las autoridades y la ciudadanía tijuanense para que les puedan apoyar con lo que puedan, para evitar estar bajo estas circunstancias.