Tapachula se convierte en la 'zona cero' de la crisis migratoria que enfrentan México y EEUU
Miles de refugiados provenientes de Centroamérica, El Caribe y Sudamérica convirtieron a Tapachula, ciudad fronteriza entre México y Guatemala, en la nueva 'zona cero' de la crisis migratoria de Norteamérica advertida en 2013 tras un informe de las Naciones Unidas.
“Desde principios de año y hasta la fecha hay unos 85,000 inmigrantes varados en Tapachula de distintas nacionalidades”, dice Luis Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana, A.C. en Tapachula. “Hay unos 22,000 hondureños, pero en los últimos tres meses se incremento en un 300% la llegada de inmigrantes haitianos y de ahí vienen las demás nacionalidades”.
Un reporte de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), revela que entre enero y junio de 2021 se registraron 51,654 solicitantes de refugio y Tapachula era la principal zona donde se encontraban, con el 72%.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), explica que COMAR “es la institución del Gobierno de México encargada de dar trámite a las solicitudes de reconocimiento de la condición de refugiado”.
El embudo
Para solicitar la condición de refugiado en México “hay que pedir cita en la COMAR”, dice Braulio, un refugiado cuyo nombre es otro y pidió mantener su nombre en el anonimato para proteger la integridad de su familia y su derecho a permanecer en México. “Pero se demoran en dártela. La pedí a finales de julio y me la dieron para finales de noviembre. Mientras tanto, soy indocumentado”.
La esposa de Braulio lleva un mes y tres días detenida por las autoridades de inmigración mexicanas. “Se la llevaron a la cárcel porque es indocumentada. Aquí cuando uno pide cita, se demoran. Pero mientras tanto la policía de inmigración lo puede detener por no tener papeles. Hace más de un mes que ella está arrestada y no se cuándo la van a liberar”, dice.
Villagrán explica que la política migratoria de México implementó “tácticas dilatorias para desesperar a la gente. Si alguien pide una cita en la COMAR para pedir refugio, se las dan en cuatro o cinco meses. Y cuando pasa este nivel, entonces debe pedir una cita al Instituto Nacional de Migración (INM), donde deberá esperar otros cinco o seis meses para que le den el estatus”.
Según ACNUR, la COMAR puede demorar hasta 55 días en dar una respuesta a una solicitud, de lunes a viernes y sin contar fines de semana y días festivos. Pero las organizaciones de ayuda a inmigrantes y refugiados advierten que los plazos estipulados por el gobierno no se están cumpliendo.
La Oficina de ACNUR en México dijo a Univision Noticias que “el tema es complejo, la falta de alternativas migratorias ha provocado que los flujos mixtos de personas se dirijan a la COMAR, que si bien ha incrementado su capacidad de procesamiento de manera significativa, no está preparada para recibir un volumen tan grande de personas, muchas de las cuales no requieren protección internacional”.
Desesperanza
“Cuando arrestaron a mi esposa por indocumentada en ese momento iba en busca de alimentos”, cuenta Braulio. “No tenemos papeles porque no nos han dado la cita en la COMAR. Yo la pedí el 28 de julio y ya estamos en septiembre. A ella se la llevaron por no tener papeles. Pero tenemos cita”, añade.
A la pregunta respecto a recientes caravanas que están saliendo de Tapachula rumbo al norte, el inmigrante dice que “la gente está desesperada. Tenemos que esperar para una cita, parar comer, para que nos respondan cuando pedimos información”.
“Mire, cuando uno va a la COMAR y pregunta como se hace esto o esto oro, a un o le dicen que la persona encargada de responder eso es otra y que espere. Y como nadie responde uno de va sin respuesta. Y todo al que uno le pregunta le dice espere. Ya todo el mundo está cansado de esperar”.
“No sabemos si lo hacen por racismo porque uno tiene la piel de otro color. Pero todo se dilata. Yo soy pobre y busco un lugar donde quedarme con mu mujer para trabajar y vivir. Solo eso quiero porque de donde vengo no tenemos cómo construir una familia”, dice Braulio y se queda en silencio, esperando respuestas que no llegan.
Las caravanas
“La primera salió el sábado y la reprimieron con fuerza. Incluso algunos funcionarios patearon a los pobres inmigrantes que solo querían escapar del confinamiento de Tapachula”, dice Villagrán.
“La COMAR atiende entre 500 y 800 casos diarios y en muchos casos programan una segunda cita. Están desbordados porque la cantidad de gente que está viniendo es mucha. Y cuando aprueban la solicitud de refugiado envían el formulario al INM. Pero esta dependencia atiende entre 45 y 60 personas al día. ¿Se da cuenta del cuello de botella?”, pregunta. “Todo esto motivó las caravanas”, respondió.
El activista dijo además que, incluso las personas que tienen un documento que prueba la condición de refugiado “no le sirve para viajar. Así es que, si logra salir de Tapachula, en cualquier parte del territorio mexicano lo pueden arrestar”.
Una primera caravana que se organizó el sábado fue frenada por policías y elementos de la Guardia Nacional de México. Una segunda caravana fue interceptada por las tropas en la localidad de Mapastepec, ubicada 107 millas al norte de Tapachula. Y el miércoles salió un tercer grupo integrado por unos 600 migrantes.
“No llegarán a ninguna parte porque los van a detener como lo hicieron con las otras”, dice Irineo Mujica, director ejecutivo de la organización Pueblo Sin Fronteras.
Voces de indignación
En medio de la desesperación en la que viven miles de refugiados en Tapachula, la Conferencia Episcopal Mexicana envió una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador indicando su solidaridad con la caravana de migrantes reprimida violentamente en Tapachula.
La reacción se produjo después de la divulgación por redes sociales a un agente de inmigración pateando a un inmigrante en la cabeza.
"[Nosotros] también compartimos el dolor y la desesperación de tantos migrantes, que intentan salvarse de la pobreza extrema y la violencia ante la incapacidad internacional para generar condiciones de vida dignas, especialmente en países pobres, marginados y maltratados, ", tuiteó el obispo auxiliar Alfonso Miranda Guardiola de Monterrey, secretario general de la conferencia episcopal mexicana.
Tras la divulgación e los videos el INM dijo que dos agentes que participaron en la agresión a un inmigrante de la caravana habían sido dados de baja de la dependencia.
Un día después, el Instituto dijo que “hará una revisión de manera particular al estatus migratorio de las personas que conformaban el grupo que avanzó hacia la comunidad de Mapastepec, en su mayoría originarios de Haití”. Y aseguró que en los operativos “no hubo separación de familias”.
Horas más tarde co0munico que, en conjunto con ACNUR y la Conferencia Episcopal, instalarán un campamento humanitario “a favor de personas migrantes haitianas en Chiapas”.
“Solo queremos vivir”
Las noticias que se generan en la capital mexicana no han llevado a oídos de Braulio. “Solo queremos vivir”, dice. “Queremos que nos permitan vivir, trabajar y sacar a nuestras familias adelante”.
Mientras el gobierno busca la manera de remediar la desesperanza en Chiapas, los inmigrantes en busca de refugio procedentes de Centro y Sudamérica y el Caribe siguen llegando. “Esto no se ha detenido. Al contrario, creció en los últimos tres meses. Se han triplicado los números de haitianos”, dice Villagrán
El Centro de Dignificación Humana, A.C. anticipó que este viernes presentará una demanda en contra del INM, la Guardia Nacional y quienes resulten responsables de la violencia registrada el sábado cuando se reprimió la primera caravana.
El domingo, durante un segundo intento por escapar de la desesperación, un inmigrante haitiano denuncio que a los inmigrantes atrapados en Tapachula “les están violando sus derechos humanos” y que “si estamos aquí es porque estamos buscando una vida mejor”.
La crisis migratoria fue advertida por primera vez tras un informe elaborado por investigadores de las universidades de San Diego y California, y entregado a las Naciones Unidas. Elizabeth Kennedy, una de las autoras del reporte, dijo a Univision Noticias en marzo de este año que las causas que originaron el problema se habían agravado.