Phoenix cumple 31 días seguidos con al menos 110 ºF en el julio más caluroso jamás registrado a nivel global
Por 31 días consecutivos los termómetros en Phoenix, Arizona, han estado marcado temperaturas de al menos 110 grados Fahrenheit y en otras partes de Estados Unidos también se han visto varios récords tras una semana en la que una parte considerable de la población estadounidense soportó un calor extremo.
Julio ha sido sofocante hasta ahora, en lo que los científicos calculan será el mes más cálido jamás registrado y probablemente el más caluroso que ha visto la civilización humana. La Organización Meteorológica Mundial y el Servicio de Cambio Climático de Copernicus de la Unión Europea proclamaron el jueves que julio había destrozado los récords.
El calor histórico empezó a golpear el suroeste de Estados Unidos a finales de junio y se fue extendiendo desde Texas hacia Nueva México, Arizona y hasta el desierto de California.
Un análisis publicado la semana pasada por el grupo World Weather Attribution encontró que las olas de calor en América del Norte y Europa eran "prácticamente imposibles" sin el cambio climático.
La mortalidad asociada a las olas de calor
Se esperaban temperaturas de más de 100 ºF en zonas del Valle de San Joaquín, California, hasta este lunes, según el Servicio Meteorológico Nacional.
Conforme el cambio climático trae olas de calor más fuertes y prolongadas, las temperaturas récord en todo Estados Unidos han matado a docenas de personas, y los estadounidenses más pobres son los que más sufren. El aire acondicionado, que antes fuera un lujo, es ahora una cuestión de supervivencia.
Las 86 muertes asociadas al calor registradas el año pasado en espacios cerrados se produjeron en entornos sin refrigeración.
“Por explicarlo de forma sencilla, el calor mata”, dijo Kristie Ebie, profesora de la Universidad de Washington que investiga el calor y la salud. “Una vez comienza la ola de calor, la mortalidad comienza en unas 24 horas”.
Son los más pobres y las personas de calor, desde Kansas City a Detroit o la Ciudad de Nueva York, los que tienen más probabilidades de sufrir un calor asfixiante sin aire acondicionado, según un análisis de la Universidad de Boston sobre 115 zonas metropolitanas estadounidenses.
Pronostican un leve alivio para Phoenix pero las temperaturas volverán a subir
De vuelta en Phoenix, tormentas eléctricas estacionales podrían llevar algo de alivio bajando las temperaturas el lunes y el martes.
“Debería rondar los 108 ºF, de modo que rompemos esa racha de 110 ºF”, indicó el meteorólogo Tom Frieders. “Una cobertura creciente de nubes podría poner las temperaturas en una tendencia a la baja”.
Sin embargo, el alivio podría ser breve. Se esperaba que las máximas volvieran a superar los 110 ºF el miércoles, y alcanzaran los 115 ºF para finales de semana.
Phoenix también ha experimentado un récord de 16 noches consecutivas de mínimas que no bajaron de 32,2 C (90 F), lo que hacía difícil a la gente refrescarse tras el anochecer.
Entre tanto, Las Vegas seguía bordeando su julio más cálido de la historia. La ciudad se acercaba al récord de 2010 de media de máximas y mínimas cada día de julio, que está en 96.2 ºF.
El calor extremo también afectaba al este de Estados Unidos. Las altas temperaturas se extendieron desde el centro norte y hacia el nordeste y la costa atlántica central, donde algunos lugares tuvieron sus días más cálidos del año.
Incendios en Nevada y California
A la par que el calor persiste, un enorme incendio forestal que ardía fuera de control en la Reserva Nacional de Mojave se extendió el domingo con rapidez gracias a vientos erráticos, mientras los bomberos reportaban avances contra otro gran fuego más al sur que provocó evacuaciones.
El incendio de York comenzó el viernes cerca del remoto Cañón Caruthers y provocó una enorme humareda visible a casi 100 millas, al otro lado de la frontera con Nevada.
Llamas de hasta 20 pies (6 metros) de altura en algunos puntos han calcinado más de 110 millas cuadradas de arbustos de desierto, enebros y árboles de Josué, según un reporte del domingo.
“El combustible seco actúa como una fuente lista para prender, y cuando se acompaña con estas condiciones climatológicas produce un incendio que recorre larga distancia y con llamas altas, que provoca un comportamiento extremo del fuego”, indicaron las autoridades. No había estructuras amenazadas, pero el fuego tampoco estaba contenido.
Al suroeste, el incendio de Bonny se mantenía estable en unos 3.4 millas cuadradas en colinas escarpadas del condado Riverside. Más de 1,300 personas recibieron orden de evacuar sus hogares el sábado cerca de la población remota de Aguanga, California.
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