Tres razones que explican por qué EEUU no tiene cobertura universal de salud

Lo que fue la víspera de la aprobación de la ley de salud republicana, American Health Care Act (AHCA, por sus siglas en inglés) en la Cámara de Representantes revela lo difícil que puede ser lograr un consenso en cuanto a la cobertura de salud. Al final, pasó al Senado por un estrecho margen, luego de un primer intento fallido.
Después de esa votación muchos estadounidenses se preguntan: ¿Por qué los políticos tienen problemas para lograr un consenso sobre el AHCA, en vez de buscar la cobertura universal? A fin de cuentas, la mayoría de las naciones industrializadas más avanzadas tienen sistemas de salud universales.
Como académico de políticas de salud, tengo algunas hipótesis. Las investigaciones desde la ciencia política y los servicios de salud apuntan a tres posibles explicaciones.
1. La cultura estadounidense es única
Una razón clave es un rasgo único de la cultura política en Estados Unidos. Como nación que fue levantada por inmigrantes de espíritu emprendedor y sin un sistema feudal que inculcara una estructura social rígida, los estadounidenses son más propensos a ser individualistas.

En otras palabras, los estadounidenses, y los conservadores en particular, creen fuertemente en el liberalismo clásico y en la idea de que el gobierno debe jugar un rol limitado en la sociedad. Como la cobertura universal choca por naturaleza con la creencia en el individualismo y el gobierno limitado, no sorprende que nunca se haya instaurado en Estados Unidos, a diferencia de otras partes del mundo.
La opinión pública apoya a esta idea. Investigaciones emprendidas por el International Social Survey Program han encontrado que el porcentaje de estadounidenses que cree que la atención médica debe ser responsabilidad del Estado, es mucho menor al que existe en otros países avanzados como Canadá, el Reino Unido, Alemania o Suecia.
2. Grupos de interés se oponen
Aunque la cultura política estadounidense ayuda a explicar el debate sobre la atención de salud en el país, la cultura está lejos de ser la única razón por la falta de cobertura universal en Estados Unidos. Otro factor que ha limitado el debate sobre el sistema de seguro médico nacional es el peso de determinados grupos que influyen sobre el proceso político. La batalla legislativa sobre el contenido del ACA, la ley conocida como Obamacare, por ejemplo, generó 1.2 mil millones de dólares en lobby en 2009.
Las aseguradoras jugaron un papel clave en este proceso: gastaron más de 100 millones de dólares para ayudar a dar forma al ACA y mantenerse como el principal operador del sistema de salud estadounidense.
Si bien los reportes sugieren que existe una fuerte oposición de los grupos de interés al plan de salud republicano, es relevante resaltar que, aún cuando muchos se oponen a esta ley, nunca se ha planteado la cobertura universal como una alternativa a considerar.
3. Los sistemas de derechos son difíciles de implementar
Una tercera razón por la que Estados Unidos carece de un sistema de cobertura universal de salud y que explica las dificultades que enfrentaron los republicanos para aprobar la nueva propuesta en la Cámara de Representantes, es que las instituciones políticas del país dificultan el implementar un programa masivo de derechos.
Tal y como los expertos en políticas han destacado en estudios del sistema de salud de Estados Unidos, el país no tiene “un sistema nacional total de seguros de salud, debido a que las instituciones políticas estadounidense están estructuralmente sesgadas contra este tipo de reformas totales”.
El sistema político tiende a la inercia, y cualquier intento de reforma total debe superar los obstáculos de un camino lleno de comités legislativos, estimaciones presupuestarias, comités de convenciones, enmiendas y un potencial veto. Todo esto, mientras los que se oponen a la reforma públicamente atacan la propuesta.
En conclusión: es poco probable que se instaure la cobertura universal
Básicamente, Estados Unidos se mantiene como la única de las naciones más industrializadas que no posee un sistema nacional completo de seguro de salud, y existen pocas probabilidades de desarrollar uno bajo la presidencia de Donald Trump o incluso de los próximos presidentes.
Su cultura es inusualmente individualista: favorece la responsabilidad personal sobre la gubernamental. También los lobistas son particularmente activos y gastan millones para garantizar que las aseguradoras privadas mantengan su estatus en el sistema de salud. Además, nuestras instituciones están diseñadas de una manera que limita la posibilidad de que se lleven a cabo importantes cambios de política social.
Mientras estas características se mantengan, es difícil esperar que la cobertura universal se instaure en Estados Unidos.
*Timothy Callaghan es profesor asistente en el Centro de Salud Científica de Texas A&M University