Política

5 claves de la cumbre de Mar-a-Lago entre Xi Jinping y Donald Trump

Los líderes de las dos mayores potencias se encontrarán por primera vez este jueves en la mansión de Florida en una cumbre que definirá la relación entre ambos. Les presentamos algunos de los asuntos de los que estaremos pendientes.
5 Abr 2017 – 07:57 PM EDT

Los dos líderes más poderosos del mundo, el presidente Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping, se verán las caras por primera vez este jueves por la tarde en Mar-a Lago, en el sur de Florida, para una cumbre de dos días que dará pistas sobre cómo será la delicada relación entre ambos.

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El informal escenario del encuentro, la mansión tropical del presidente, fue escogido por los asesores del presidente para rebajar las tensiones entre Trump y Xi. El mandatario estadounidense ganó la presidencia en parte gracias a que persuadió a los votantes del Medio Oeste industrial de que sus vidas han empeorado por culpa de China. Trump acusa a China de "violar" a EEUU con sus prácticas comerciales, en particular la manipulación de su moneda para bajar el precio de las exportaciones chinas, dañando así a los productos estadounidenses.

Mientras, China ha condenado la belicosidad de Trump que considera una amenaza a la relación entre ambos países.

Aquí repasamos los principales de los asuntos de los que estaremos atentos en la cumbre de Mar-a-Lago:

La amenaza de Corea del Norte

Trump y Xi tienen diferencias sobre cómo responder a las provocaciones del régimen norcoreano. El presidente estadounidense cree que Pekín no está ejerciendo la presión suficiente sobre su aliado.

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"Si China no arregla (el problema de) Corea del Norte, lo haremos nosotros", le dijo Trump al diario británico Financial Times en una entrevista el domingo. Otros oficiales de la administración han señalado esta semana que con respecto al díscolo régimen de Pyongyang todas las opciones, incluida la militar, están sobre la mesa.


China y analistas independientes señalan que Trump está sobrevalorando la influencia que Pekín ejerce sobre el régimen liderado por Kim jong-Un. Aunque China suministra a Corea del Norte alimentos y energía, Corea del Norte ha desoído los repetidos llamados de Pekín para que deje de llevar a cabo pruebas nucleares y lanzamiento de misiles balísticos.

Este mismo miércoles Corea del Norte lanzó un misil balístico desde su costa occidental en una aparente llamada de atención a las dos superpotencias sobre su creciente poderío armamentístico. El gobierno de Trump cree que Corea del Norte está preparándose para desarrollar un misil capaz de portar una cabeza nuclear a través de todo el océano Pacífico.

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¿Comercio "injusto"?

Trump está dispuesto a declararle una guerra comercial a China, país con el que EEUU tiene un déficit comercial. Para solucionarlo ha propuesto un arancel a los productos chinos que los encarecería un 45%.

En su entrevista con Financial Times, el presidente dijo que pretende decirle a Xi que EEUU "no puede continuar comerciando si vamos a tener un acuerdo injusto como tenemos ahora mismo". Trump sin embargo añadió que no discutiría sobre los aranceles en este encuentro. Antes del encuentro, 39 senadores escribieron una carta a Trump pidiéndole que presione a China para permitir el acceso de la carne de ternera estadounidense a China, que fue prohibido en 2003. Los demócratas del Congreso le enviaron este miércoles al presidente otra carta en que le pedían que restrinja el acceso al acero chino.

En 2016, EEUU importó de China $479,530 millones en bienes y servicios de China, mientras que China exportó $169.610 millones a EEUU en 2016.

Los críticos de Trump critican su obsesión con las balanzas comerciales y advierten que el comercio internacional no es una relación de suma cero, por la que el país que menos exporta es el perdedor. Señalan que uno de los grandes beneficios del libre mercado beneficia para consumidores y empresas estadounidenses consiste en obtener productos más baratos de los que se producen en territorio de EEUU.

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Las grandes corporaciones estadounidenses temen que una guerra comercial les cierre las puertas del mercado chino donde ha ido creciendo en los últimos años una clase media con un mayor poder para consumir. Así, empresas que han ampliado su presencia en China como General Motors, Starbucks, Apple o Walmart podrían verse severamente perjudicadas.


Algunos expertos y diplomáticos en Pekín aseguran que Xi pretende calmar los ánimos ofreciendo restringir ciertas exportaciones chinas y anunciando acuerdos por los que las grandes corporaciones estatales chinas comprarían productos estadounidenses.

El patio trasero de China

Durante su visita a China el mes pasado, el secretario de Estado hizo un comentario aparentemente inocuo pero que alarmó a los expertos estadoundienses sobre la relación sinoestadounidense. Tillerson describió la relación entre ambos países como una de carácter positivo, construida sobre "la ausencia de conflicto y de confrontación, el respeto mutuo y la cooperación para que ambos países salgan ganando".

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Esos términos son justamente los que usa el lenguaje diplomático chino, que consideraba a Barack Obama y su "giro hacia Asia" como una intromisión en la región en la que corresponde a Asia ejercer el liderazgo. Los medios chinos consideraron aquel comentario de Tillerson como "una victoria diplomática".

Los asuntos sobre los que China desea que EEUU no interfiera son Tibet, Hong Kong, Taiwán y las aguas en disputa del Mar del Sur de China.

No queda claro si aquel comentario de Tillerson fue un desliz verbal o fue hecho a propósito. Pero sirve como precedente para pensar que fue esto último la marcha atrás que Trump dio en febrero en una llamada a Xi por la que se retractó de su promesa de establecer relaciones diplomáticas con Taiwán.

¿Cambio climático?

Son los dos países que más contaminan el planeta pero fuentes gubernamentales de ambos países dijeron que el cambio climático no está en la agenda del encuentro. China y EEUU producen entre ambos un 44% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo.

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Estaremos atentos a que haya alguna mención sobre el asunto pero es improbable.

Esto a pesar de que fue precisamente un encuentro entre Obama y Xi en 2014 lo que dio origen a la histórica Cumbre de París de 2015. Trump ha cambiado radicalmente la manera en que el gobierno estadounidense ve el cambio climático y ha advertido que pretende salir del acuerdo por el que ambos países se habían comprometido a reducir emisiones contaminantes.

Mientras, China ha tomado un papel de liderazgo en este asunto. En un discurso en enero en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, el presidente chino instó a los países del acuerdo de París a cumplir con sus compromisos "como una responsabilidad que debemos asumir para de cara a las futuras generaciones".

El apretón de manos

Será un encuentro incómodo y tenso como el que Trump tuvo con la canciller alemana Angela Merkel, a quien le negó un apretón de manos. Ambos líderes estarán preocupados por proyectar una imagen de fuerza frente a sus audiencias nacionales.

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En China, son conscientes de la forma en que Trump trata de usar las apariciones junto a otros líderes para proyectar dominio. Cuando Trump se reunió en Mar-a-Lago en febrero algunos osbervaron cómo el estadounidense tomó la iniciativa en un apretón de manos de 19 segundos.

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