Aranceles

Qué son los aranceles recíprocos de Trump y por qué nadie gana una guerra comercial

El “Día de la Liberación” de Trump llegó y el denominador común del análisis de expertos es que la era del libre comercio parece haberse acabado. Otro consenso entre la mayoría de los expertos es que en una guerra comercial arancelaria todos tienen las de perder.
2 Abr 2025 – 02:56 PM EDT

El presidente Donald Trump anunció el miércoles en la tarde el llamado “ Día de la Liberación” donde concretó los porcentajes de sus prometidos "aranceles recíprocos", de entre el 10% y casi el 50%, con los que Estados Unidos gravará las importaciones de productos de prácticamente todos los países del mundo y con los que sume en la incertidumbre la economía global.

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Trump ya había anunciado el 10 de febrero un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio que entró en efecto el 10 de marzo, mientras que el 18 de febrero anunció un impuesto a las importaciones de productos farmacéuticos y semiconductores, también del 25% que comenzaría a ser aplicado a principios de abril.

Igualmente, después de abortar su implementación, Trump anunció el 18 de febrero un arancel del 25% sobre las importaciones de automóviles y productos automotrices que comenzará a tener efecto este 3 de abril, y también estableció un arancel del 20% a todas las importaciones de China en marzo.

Te explicamos los fundamentos de los aranceles y las guerras comerciales que históricamente han desatado.

¿Qué son los aranceles recíprocos?

Los aranceles recíprocos son aquellos que imponen el mismo impuesto a los bienes importados a Estados Unidos que otros países cobran a las exportaciones estadounidenses a su país de bienes similares. Por ejemplo, si un país impone un impuesto del 10% a los chocolates estadounidenses, Estados Unidos gravaría los chocolates de ese país con un arancel similar.

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Sin embargo, los expertos indican que la implementación de aranceles específicos “producto por producto” sería administrativamente compleja e imposible de implementar.

"Establecer aranceles recíprocos para cada categoría de producto con cada socio comercial sería completamente inviable dada nuestra actual capacidad administrativa", afirmó el jefe de políticas y defensa del centro de estudios de políticas públicas Groundwork Collaborative, Alex Jacquez entrevistado por CBS News.

Lo anterior ha llevado a creer que la Casa Blanca podría anunciar aranceles específicos para cada país, calibrados para balancear el desequilibrio comercial existente con EEUU.

"Probablemente propongan una tasa combinada a un país que no sea recíproca por producto, sino recíproca en el sentido de que indicaría que sus aranceles son un 10% más altos que los nuestros en promedio, por lo que se impone un arancel del 10% generalizado a todos los productos", predijo Jacquez.

Cualquiera que sea la implementación que decida llevar adelante la Casa Blanca, los peores afectados serán las economías emergentes de América Latina, África y Asia que tradicionalmente han aplicado aranceles más altos para proteger sus industrias nacionales en desarrollo y ayudar a estos sectores a prosperar frente a la competencia extranjera establecida y más poderosa.

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¿Por qué nadie gana en una guerra comercial?

Un día después de anunciar el arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio, Donald Trump tuiteó que "las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar".

Pero los economistas y expertos han advertido, aún desde antes que Trump asumiera la presidencia, que una guerra comercial basada en la imposición de aranceles resultaría en inflación, menor crecimiento económico, desempleo e interrupciones en las cadenas de suministro, tanto a nivel nacional como internacional.

Los expertos también han dicho que los aranceles no son la herramienta adecuada para corregir un déficit comercial causado por los hábitos de consumo y endeudamiento de Estados Unidos.

El autor de temas económicos y analista de la institución de educación financiera CFA Institute William J Bernstein, dijo en un artículo de opinión titulado “Nadie Gana en Una Guerra Comercial” publicado en The Atlantic que “los aranceles proteccionistas corren el riesgo de desencadenar un ciclo de escalada que no termina bien para nadie”.

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Bernstein explica que al inevitable aumento de precios al consumidor, le seguirán los aranceles retaliativos de las naciones afectadas “reduciendo aún más la competitividad internacional de los fabricantes nacionales” que dependen del mercado extranjero.

“Finalmente, los aranceles fortalecen el dólar, lo que encarece aún más los productos estadounidenses en el extranjero” añade Bernstein.

El secretario de Estado durante la presidencia de Franklin Roosevelt, Corder Hull, quien con más de 11 años en el cargo es la persona que lo ha ostentado por más tiempo, dijo que “un arancel proteccionista prohibitivo es un arma que se vuelve contra nosotros mismos”.

Hull convenció al Congreso de dar la autoridad al presidente para negociar reducciones arancelarias en la Ley de Comercio Recíproco que él mismo impulsó, para desmantelar las barreras arancelarias impuestas por el presidente Herbert Hoover, a las que se señala de haber agravado la Gran Depresión al causar aranceles de represalia de otros países y reducir el comercio mundial.

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Hoy Trump utiliza la legislación con el propósito contrario y que asemeja más al fallido experimento de Hoover.

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