Tillerson se retira de la toma de decisiones sobre el polémico oleoducto Keystone XL

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, expresidente de la petrolera ExxonMobil, se retiró voluntariamente de la toma de decisiones sobre la construcción del oleoducto Keystone XL, que reactivó el presidente Donald Trump, pese a las protestas de los grupos ambientalistas.
“No ha trabajado en ese asunto en el Departamento de Estado y no jugará ningún papel en las deliberaciones o la resolución final de la propuesta de TransCanada", dijo el jueves el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner.
La organización ecologista Greenpeace envió esta semana una carta al Departamento de Estado en la que pedía a Tillerson recusarse de cualquier decisión sobre el gasoducto, por su antiguo cargo al frente de Exxon Mobil.
En su misiva, GreenPeace considera que Exxon Mobil debido a las inversiones que ha hecho en la producción de crudo de arenas bituminosas de Canadá, la compañía estadounidense para la que trabajó se beneficiaría "directa y predeciblemente" de la aprobación de Keystone XL.
El portavoz del Departamento de Estado explicó que Tillerson decidió no participar en la toma de decisiones sobre este proyecto a principios de febrero.
La compañía de energía TransCanada solicitó permiso el mes pasado al gobierno estadounidense para avanzar con la construcción del gasoducto que tendrá una longitud de 1,179 millas y atravesará varios estados, para transportar petróleo crudo de arenas pesadas procedentes de Alberta, en Canadá, a refinerías en los Estados Unidos.
Se calcula tendrá un costo de 8,000 millones de dólares y permitirá transportar el equivalente a 830,000 barriles diarios de petróleo crudo para que desde Nebraska sea distribuido a distintas refinerías del país, como Texas en el golfo de México, un centro de distribución en Oklahoma, así como en el Golfo de México.
La reactivación de los oleoductos Dakota Access y el Keystone XL fue una de las primeras órdenes ejecutivas que firmó el presidente Donadl Trump en su primera semana en el cargo, reactivando los proyectos que el gobierno de su predecesor, el demócrata Barack Obama detuvo en 2015.
Durante un año, medioambientalistas y tribus nativas americanas mantuvieron un campamento para evitar que la obra del Dakota Access atravesara sus tierras por temor a que contamine el agua potable que abastece a la tribu Standing Rock Sioux. Las autoridades, por su parte, han indicado que es seguro y tiene mecanismos para prevenir posibles daños ambientales.