¿Influye la cantidad de partículas del virus a la que estamos expuestos en la severidad de los síntomas del covid-19?

Alguien te estornuda encima sin taparse la boca; tocas una manilla contaminada y luego te rascas los ojos. ¿Son las probabilidades de contagio las mismas? ¿Sufrirás una enfermedad más o menos severa dependiendo de estas circunstancias?
En otras palabras: ¿estar expuesto a más partículas del nuevo coronavirus implica que uno desarrollará una enfermedad más severa? Y ¿qué tanta cantidad del virus es necesaria para contagiarte?
Para entender el asunto hay que manejar dos conceptos: el de dosis infecciosa (promedio de partículas virales necesarias para infectar a alguien) y el de carga viral (cantidad de partículas virales que tiene la persona infectada).
Edwards Parker, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, lo explica a News Scientist con una buena metáfora : “La carga viral es la medida de cuán intensa es la llama de fuego de un individuo; mientras que la dosis infecciosa es la chispa que inicia el incendio”.
Aun no se sabe cuál es la dosis infecciosa del covid-19, pero se presume que es bastante baja: unos cientos de partículas del virus bastan. “A juzgar por cuán rápido se está propagando la enfermedad, es probablemente baja”, indica Parker. “Los virus no son como el veneno. Eso significa que una infección puede empezar con un pequeño número (la dosis infecciosa)”, explica Michael Skinner, virólogo del Imperial College de Londres.
¿Da igual cómo te contagias?
Con algunos virus como la influenza o el propio SARS, la severidad de la infección depende de cuánto virus entra al cuerpo. “Se trata del tamaño del ejército en cada bando de la batalla. Un virus muy grande puede hacerle más difícil al sistema inmune defenderse”, ilustra a Science Media Center Wendy Barclay, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Imperial College de Londres.
En consecuencia, estar alejado de alguien que tose, respira o estornuda significa que menos partículas del virus te alcanzarán y estarás infectado con una menor carga viral y -en teoría- te enfermarás menos. Así ocurre con otros coronavirus como el MERS y el SARS: la dosis infecciosa se correlacionaba con la severidad de los síntomas.
El problema es que se sospecha que no necesariamente es el caso del SARS-Cov-2, causante de esta pandemia del covid-19.
Al analizar data de 5,000 personas infectadas en la región de Lombardía en Italia, investigadores no encontraron diferencia en la carga viral entre quienes tenían síntomas y quienes eran asintomáticos (personas que habían estado en contacto con alguien infectado y a las que en consecuencia se les hizo la prueba). Muestras del exudado nasofaríngeo de pacientes de un hospital en China tampoco se encontraron diferencias entre la carga viral en casos leves y de casos más severos.
Pero vale acotar que ninguno de estos estudios han sido peer reviewed y eso les resta fiabilidad, por lo que hay que tomar las conclusiones con mucho cuidado.
Además, también hay evidencia que apunta a otra dirección.
Más carga viral, más síntomas
Un estudio de pacientes hospitalizados con covid-19 en Nanchang, China, encontró una asociación entre severidad de síntomas y carga viral. El problema es que no se sabe si fue realmente por una exposición inicial menor o simplemente porque tuvieron una menor replicación del virus.
Ese es otro elemento importante: ¿con cuánta facilidad puede el virus replicarse dentro del organismo una vez que ocurre el contagio? Una vez que los virus entran al cuerpo, comienzan a hacer copias de sí mismos. Ese proceso de apoderarse de las células es lo que genera la enfermedad. Si no se replican demasiado, usualmente no causarán una enfermedad tan severa.
Un estudio publicado en The Lancet (y este sí que fue peer reviewed, lo que da aval de su metodología) notó una correlación entre la carga viral y la severidad de los síntomas, notando que los infectados con covid-19 tenían una carga viral más alta durante los primeros días de síntomas.
Es decir: la carga viral de una persona también varía según el estadio de infección en la que se encuentre. “Hicieron estudios longitudinales. Siguieron a la gente durante un período de tiempo. La carga viral sube y luego baja, y el resultado del test depende de cuándo lo estás midiendo. Por eso no podemos decir: esta persona fue al doctor y tiene una carga viral alta y eso implica que tendrá una enfermedad severa”, aclara a New York Magazine Ellen Foxman, profesora asistente de inmunobiología de la Universidad de Yale.
Lo que se busca con los tratamientos experimentales es justamente reducir la carga viral.
Independientemente de si la carga viral incide o no en la severidad de los síntomas, los expertos coinciden es que es primordial tomar todas las medidas posibles para evitar el contagio. “Incluso si la dosis infecciosa no se relaciona con la severidad de la enfermedad sí vale la pena limitar nuestra exposición al virus porque reducirá la probabilidad de enfermar en primer lugar. Queremos tomar cada precaución posible para no infectarnos. Cualquier medida que implementemos vale la pena”, concluye Parker.