Los trabajadores del sector alimenticio tendrían acceso prioritario a una vacuna contra el covid-19, pero ¿cómo deben prepararse los estados?
Ante la posibilidad de que los trabajadores del sistema alimentario tengan acceso de forma anticipada a una futura vacuna contra el covid-19, expertos recomendaron a las autoridades estatales y locales comenzar a contactar a la comunidad para superar las barreras del idioma y lograr la confianza y el acceso que podrían reducir la aceptación del antídoto.
Muchos estados han dado prioridad a los trabajadores agrícolas y del sector del procesamiento de alimentos para un acceso prioritario a la vacuna contra el covid-19, muestran los borradores de los planes presentados a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC en inglés) a mediados de octubre.
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Una potencial vacuna podría estar disponible a principios del 2021 para los grupos de población de mayor prioridad, como los trabajadores médicos en la primera línea de la batalla contra la pandemia. Aunque es probable que ese plazo cambie y se defina según las recomendaciones del nuevo grupo de trabajo para combatir la pandemia conformado esta semana por el presidente electo, Joe Biden.
El tema ha unido a los activistas laborales, a la industria alimentaria y a los expertos en salud pública, quienes coinciden en que los trabajadores del sistema alimentario deben figurar entre los primeros en vacunarse. Pero las autoridades necesitarán utilizar distintas herramientas para llegar a los trabajadores de un sector que ha sido duramente afectado por el virus.
72,500 infectados
Según el monitor del covid-19 de FERN, hasta el 9 de noviembre, más de 72,500 trabajadores del sistema alimentario se contagiaron con coronavirus —incluyendo más del 9% de los trabajadores del sector del procesamiento de carne del país— en más de 1,400 brotes en los lugares de trabajo. Han fallecido al menos 327 trabajadores.
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La confianza es un problema importante, pues a algunos trabajadores les preocupa no recibir información suficiente sobre la seguridad o los efectos secundarios de la vacuna antes de que se la ofrezcan. Los trabajadores agrícolas son especialmente cautelosos con la seguridad de las vacunas debido a las condiciones y los riesgos con los que ya han estado lidiando durante meses, dice Edgar Franks, director político del sindicato de trabajadores agrícolas Familias Unidas por la Justicia.
Casi 300 trabajadores de una planta empacadora de carne dan positivo al coronavirus
Dudas al momento de vacunarse
"Si aún no estaba claro, ya lo está, estos trabajadores sienten que son prescindibles y que simplemente los están utilizando por su trabajo", dice Franks. "Definitivamente no quieren volver a encontrarse en esa situación si llega una vacuna", añadió, explicando el temor que prima de que "la probarán en ellos para asegurarse de que sea segura para todos los demás".
A los activistas laborales también les preocupa que vacunar a los trabajadores pueda considerarse una panacea para abordar la gama de riesgos de exposición en los lugares de trabajo, a pesar de la falta constante de mascarillas, los abarrotados entornos laborales y el acceso irregular a las pruebas. Una vacuna no debería reducir la presión y la urgencia para que los empleadores adopten estas medidas básicas para proteger a sus trabajadores, dicen.
Una vez que esté disponible una vacuna, los estados planean asignar las dosis usando un enfoque de tres o cuatro fases, en el que los trabajadores de la salud con alto riesgo de exposición tendrán la máxima prioridad. En la mayoría de los planes de los estados revisados por FERN, los trabajadores agrícolas y del sector de procesamiento de alimentos recibirían la vacuna en la primera o segunda fase.
Eso incluye los principales estados procesadores de carne como Nebraska, Carolina del Norte y Arkansas; y estados que han tenido brotes significativos de covid-19 en el sector alimentario, como California, Iowa, Colorado, e Indiana. En algunos estados, los trabajadores de los alimentos con condiciones preexistentes, que viven en viviendas compartidas o que tienen más de 65 años también podrían recibir la vacuna con carácter prioritario.
La industria alimentaria ha presionado a los funcionarios federales y estatales durante meses para que sus trabajadores obtengan acceso anticipado a una vacuna contra el covid-19. En una carta en junio, 15 grupos de la industria alimentaria, incluyendo el North American Meat Institute y la United Fresh Produce Association, le escribieron al presidente Donald Trump pidiéndole que "los trabajadores de la agricultura y la alimentación tengan la siguiente prioridad más alta para recibir la vacuna, detrás de los trabajadores de la salud de nuestra nación, los socorristas y los personas con mayores riesgos".
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Y de acuerdo con los registros públicos del condado de Mecklenburg, Carolina del Norte, obtenidos por el proyecto Documenting COVID-19 de The Brown Institute for Media Innovation y revisados por FERN, Smithfield Foods le envió una carta al director de salud pública del condado el 30 de septiembre alentando la priorización de vacunas para sus trabajadores.
"Los trabajadores de la agricultura y la alimentación son héroes. Han estado en la primera línea de la pandemia, garantizando que los estadounidenses tengan acceso a alimentos seguros, nutritivos y asequibles, y también deben estar al frente para una vacuna contra el covid-19", escribieron el presidente de Smithfield, Ken Sullivan, y el director de operaciones, Dennis Organ, en la carta.
"Esta priorización garantizará que nuestros empleados se mantengan lo más saludables y seguros posible para que los estadounidenses sigan teniendo alimentos", agregaron.
Los ejecutivos también señalan que la compañía ha "tomado medidas extraordinarias por iniciativa propia para mantener a nuestros empleados lo más saludables y seguros posible" y exhortan a los funcionarios gubernamentales a "hacer lo mismo" con la prioridad de las vacunas. FERN ha contado más de 2,700 casos y 8 muertes por covid-19 en las plantas de Smithfield desde que comenzó la pandemia.
Los planes de vacunación de los estados fueron reportados en parte por un informe emitido en octubre por las Academias Nacionales de Ingeniería, Medicina y Ciencia. El informe pidió que los trabajadores de la agricultura y la alimentación tengan prioridad para recibir una vacuna poco después de los trabajadores de la salud y los socorristas porque su "trabajo es vital para la función de la sociedad y la economía" y porque tienen un mayor riesgo de contagiarse con coronavirus.
Una familia contagiada y gran parte de un pueblo: consecuencias del brote de covid-19 en una planta de carne de Iowa
Mayor riesgo
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"Hay muchas razones por las que los trabajadores del sistema alimentario corren un mayor riesgo de infección y enfermedad, incluyendo el contacto cercano y prolongado con los compañeros en los lugares de trabajo, el contacto frecuente en la comunidad con los compañeros de trabajo, la movilidad de la fuerza laboral (por ejemplo, los trabajadores migrantes), el transporte compartido hacia y desde los lugares de trabajo, la falta de licencia remunerada por enfermedad y situaciones de vivienda colectiva", dice el informe.
El informe también recomendó que la vacuna se les proporcione a todos los trabajadores independientemente de su estado migratorio.
"No todos los trabajadores en riesgo crítico son ciudadanos estadounidenses o poseen tarjetas verdes; algunos pueden haber venido a Estados Unidos como refugiados o pueden ser indocumentados", dice el informe. "Todos los trabajadores de este grupo de población deben recibir la vacuna y se deben hacer esfuerzos especiales para llegar a estos trabajadores de manera que se les aliente a vacunarse".
El informe se basó en los aportes de expertos en alimentos y trabajo agrícola, incluyendo Guild de Farmworker Justice y representantes de la Alianza Nacional de Campesinas y el Proyecto Nacional de Leyes del Empleo. En las observaciones que les hizo a las Academias Nacionales, Guild enfatizó en la necesidad de que los Departamentos de Salud Pública identifiquen "mensajeros confiables" en las comunidades de trabajadores que puedan difundir información precisa sobre la vacuna. Pero también hay otros temas.
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"¿Pueden tener acceso a la vacuna sin costo? ¿Qué pasa si no tienen seguro médico? ¿Y si son indocumentados?", dice ella. "Asegurar que cualquier estrategia para la asignación de vacunas incluya todas esas piezas diferentes es extremadamente importante", explicó.
Escepticismo
La contribución de la comunidad también es vital para garantizar que la vacuna tenga aceptación por parte de los trabajadores, afirmó Adrienne Hollis, científica principal de justicia climática y salud de la Union of Concerned Scientists.
"Si se habla de trabajadores esenciales, ¿quiénes representan a esa población? ¿O, quiénes de esa población deberían incluirse?", dijo. "Las comunidades deben hablar por sí mismas. No se puede decir que uno tiene más conocimientos y experiencia que alguien que tiene que ir a trabajar en esas condiciones", precisó.
Las notas de una reunión en septiembre del Comité Asesor de Vacunas contra el covid-19 de Carolina del Norte, obtenidas mediante una solicitud de registros públicos del condado de Mecklenburg, muestran que los funcionarios estatales y los expertos en salud pública ya están considerando cómo abordar los obstáculos para la aceptación de la vacuna entre los trabajadores del sistema alimentario.
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" Muchos trabajadores agrícolas y del sector de procesamiento de carne no hablan inglésy tienen bajos índices de alfabetización en sus propios idiomas", dice un comentario en el chat de Zoom donde se efectuó la reunión. "La mejor forma de comunicarse son videos cortos en Facebook con muchos gráficos en los idiomas que habla esta población", agregó.
Otro participante informó que a algunos trabajadores agrícolas y de las empacadoras de carne les preocupaba que se les cobrara por la prueba del covid-19 o por una vacuna contra la enfermedad. "Quieren asegurarse de que estamos controlando los mensajes para garantizarles a las personas que no se les cobrará", dijeron.
El grupo propuso realizar actividades de difusión y compartir información mediante estaciones de radio en español, materiales educativos impresos y grupos de activistas locales.
Además de estas consideraciones, los activistas laborales coinciden en que los funcionarios estatales aún deben trabajar para implementar protecciones más rigurosas en los lugares de trabajo para los trabajadores del sistema alimentario, incluso aunque se disponga de una vacuna en los próximos meses. Administrar una vacuna sin los estándares del lugar de trabajo que la acompañan es "como tratar los síntomas y no el problema", dijo Hollis.
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"La gente necesita trabajar", agregó. "Pero nadie tiene que trabajar en condiciones que puedan provocarle su muerte o la de su familia", acotó.
Esta historia fue producida por la Food & Environment Reporting Network, una organización de noticias sin fines de lucro.
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United y American Airlines. Los dos gigantes de la aviación comercial estadounidense anunciaron miles de despidos a menos que el Congreso apruebe un plan de ayuda para el sector. United Airlines dijo que comenzará el proceso de despedir temporalmente a 13,000 empleados ante la falta de acuerdo en el Congreso para preparar un plan de ayuda para la industria. American Airlines hizo un anuncio similar.
Este video resume la crisis de las aerolíneas más grandes del país por el coronavirus.
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Hertz. Con más de 25,800 millones de dólares en activos, esta compañía de alquiler de automóviles se convirtió en la empresa más grande en declararse en bancarrota después de la llegada de la pandemia. La compañía no pudo vender acciones en medio de su quiebra y actualmente está buscando un préstamo de hasta 1,500 millones.
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Pier 1 Imports. Esta cadena de tiendas de decoración del hogar ya estaba luchando por mantenerse a flote antes de la pandemia. Se declaró en quiebra en febrero y planeaba cerrar aproximadamente la mitad de sus tiendas. Comenzó las ventas de liquidación en mayo, pero continuarán en el mercado en línea.
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Sur La Table. Esta cadena de tiendas de utensilios de cocina y el hogar se declaró en bancarrota en julio. Era especialmente vulnerable a la pandemia en comparación con otras tiendas físicas, ya que uno de sus fuertes son las clases de cocina en sus establecimientos. Inicialmente había anunciado que cerraría 56 de sus tiendas, pero el 11 de septiembre dijo que otras 17 tiendas cerrarán permanentemente.
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H&M. La cadena de tiendas de origen sueco anunció que sus números en el tercer trimestre de 2020 son mejores de lo esperado, pero igualmente cerrarán locales porque la pandemia de covid-19 ha impulsado a los consumidores a comprar en línea. A mediados de abril, la empresa cerró temporalmente alrededor del 80 por ciento de sus tiendas en todo el mundo. Actualmente, el 3% de los locales permanecen cerrados, unas 166 tiendas.
Stein Mart. Esta cadena tiene 279 locales en 30 estados y se declaró en bancarrota en julio. Antes de la pandemia se encontraba luchando por mantenerse en pie, pero el covid-19 aumentó sus problemas financieros. Su liquidación definitiva comenzó inmediatamente después de solicitar protección por bancarrota.
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Diamond Offshore Drilling. Esta compañía de
perforación de pozos en alta mar con sede en Houston se vio obligada a declararse en bancarrota en abril, debido al colapso de los precios del petróleo. Se prevé que en 2020 el gasto en equipos y servicios para esta industria caiga a su nivel más bajo en 15 años.
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Grupo Ascena. La empresa detrás de las cadenas de tiendas Lane Bryant, Ann Taylor, LOFT y otros minoristas de ropa para mujeres, se declaró en bancarrota en julio. Tenían problemas económicos desde antes de la pandemia y habían reportado solo un año rentable de los últimos cinco. Según el acuerdo de bancarrota, el grupo cerrará alrededor de 1,600 de sus 2,800 tiendas.
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RTW Retailwinds. La compañía detrás de la tienda de ropa para mujeres New York & Co. se declaró en bancarrota el 13 de julio de 2020. Ya estaba afectada por el aumento del comercio electrónico pero el covid-19 aumentó sus problemas económicos. Algunas tiendas se reabrieron durante la pandemia para ventas de liquidación. En agosto, la compañía anunció un acuerdo para vender su negocio en línea por 20 millones de dólares.
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Urbanative/Wikicommons
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Chesapeake Energy. La compañía de petróleo y gas se declaró en bancarrota en junio después de perder más de 8,000 millones de dólares en el primer trimestre de 2020. La industria petrolera mundial fue devastada por una guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita y una caída histórica de los precios del petróleo derivada de la falta de demanda durante los primeros meses de la pandemia.
Brooks Brothers. Esta cadena de tiendas de ropa para hombres fundada en 1818 se declaró en bancarrota en julio de 2020. La marca, conocida por sus trajes, reportó una fuerte caída en las ventas a medida que los consumidores estadounidenses comenzaron a preferir la ropa más informal durante la pandemia. En agosto la cadena fue comprada por 325 millones de dólares por Sparc Group, un conglomerado que ha adquirido otras marcas durante la crisis por el covid-19. Probablemente cerrarán muchas de sus 250 tiendas físicas.
Lucky Brand. Esta cadena de tiendas de ropa conocida por sus jeans se declaró en quiebra el 3 de julio de 2020. Según un comunicado de prensa de la empresa, la pandemia tuvo un impacto severo en las ventas. Como parte de su plan de reestructuración, la compañía cerrará permanentemente 13 ubicaciones físicas y será vendida a Sparc Group, que además de Brooks Brothers también compró Aeropostale y Forever 21.
Crédito: Justin Sullivan/Getty Images
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Aaron Davidson/Getty Images for CMX Cinemas
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CMX Cinemas. Esta cadena posee 41 salas de cine que también sirven comida en las principales ciudades y es el octavo operador de estos establecimientos en EEUU. De abril a julio, la venta de boletos en el país no superó el millón de dólares en una sola semana (en 2019 fue de al menos 150 millones semanales en esos mismos meses). La empresa se declaró en bancarrota en abril.
Crédito: Aaron Davidson/Getty Images for CMX Cinemas
Jeff Chiu/AP
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CEC Entertainment. La empresa matriz de la cadena Chuck E. Cheese, un lugar popular para fiestas de niños, se declaró en quiebra en junio de 2020. Con una deuda de casi mil millones de dólares, la empresa ya estaba luchando cuando la pandemia la obligó a cerrar temporalmente sus 560 ubicaciones. Algunos locales han abierto desde entonces y los expertos especulan que probablemente sobrevivirá a la pandemia.
Crédito: Jeff Chiu/AP
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Libbey. Esta empresa con sede en Toledo, Ohio, es uno de los principales proveedores de cristalería para bares y restaurantes. Después de que las ventas cayeran de alrededor de 10 millones de dólares por semana antes de la pandemia a menos de cinco en marzo, la empresa se declaró en quiebra.
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Gene J. Puskar/AP
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NPC Internacional. Esta empresa de franquicias opera alrededor de 1,200 restaurantes Pizza Hut y 400 Wendy's. La empresa, con sede en Leawood, Kansas, se declaró en quiebra el 1 de julio de 2020 y como parte de sus planes de reestructuración, NPC venderá todos sus negocios de Wendy's y se centrará en las pizzerías. Desde antes de la tensión adicional que trajo la pandemia, la compañía estaba luchando por mejorar sus números.
Crédito: Gene J. Puskar/AP
Paul Sancya/AP
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JCPenney. La deuda multimillonaria de esta cadena de tiendas de ropa se sumó al cierre temporal de la mayoría de sus locales en todo el país por la pandemia. La empresa se declaró en bancarrota en mayo y anunció en junio que cerraría casi 150 de sus 846 tiendas. En septiembre reveló que llegó a un acuerdo para ser comprada por un grupo de propietarios de centros comerciales.
Crédito: Paul Sancya/AP
Atomic Taco/Wikicommons
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Advantage Rent A Car. Esta empresa se declaró en bancarrota el 26 de mayo, solo unos días después de su competidor Hertz. Ya se había acogido a la protección por bancarrota en 2008 y 2013. Según los informes, la compañía está luchando con una carga de deuda de alrededor de 500 millones de dólares. En julio vendió 10 de sus locales en aeropuertos de Nueva York, Boston, Houston y Las Vegas.
Crédito: Atomic Taco/Wikicommons
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Gene J. Puskar/AP
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GNC. Esta cadena de tiendas de complementos nutricionales tuvo que cerrar 1,200 de sus ubicaciones físicas en EEUU a consecuencia de la pandemia y se declaró en bancarrota a finales de junio. Ya antes de el covid-19 la situación financiera de GNC era mala y había cerrado cientos de tiendas en 2018 y en 2019. El futuro de la empresa sigue siendo incierto y es posible que sea comprada por una farmacéutica china.
Crédito: Gene J. Puskar/AP
Bruce Bennett/Getty Images
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Lord and Taylor. Si bien muchas empresas utilizan la protección que la declaración de bancarrota como una oportunidad para reducir la deuda y optimizar las operaciones, esta cadena de tiendas ha cerrado definitivamente. Esta cadena, fundada en 1826 anunció su cierre en agosto de 2020, solo unas semanas después de solicitar la protección por bancarrota.
Crédito: Bruce Bennett/Getty Images
Joe Raedle/Getty Images
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24 Hour Fitness. En todo el país los gimnasios estuvieron cerrados en los primeros meses de la pandemia y muchos gobiernos locales todavía impiden que estos establecimientos funcionen a plena capacidad. Esta empresa se declaró en quiebra el 15 de junio y cerró permanentemente más de 130 de sus ubicaciones. El covid-19 solo sirvió para aumentar los desafíos que cadenas de gimnasios ya estaban enfrentando, ya que muchos estadounidenses han explorado otras opciones para ejercitarse en los últimos años.