El dúo francés de música electrónica Daft Punk anunció su separación en un misterioso video después de 28 años de carrera.

Uno de los mundos más sorprendentes del cine es el extraordinario universo virtual de las películas de TRON. La increíble acción y adrenalina propias de estos escenarios tecnológicos han provocado que los fans se mantengan siempre alerta sobre una posible secuela.

Es una pena cuando una película parece tener bien cuidado y trabajado el aspecto visual pero tiene fallas severas en lo que se refiere a guión, algo que salta rápidamente a la vista cuando miramos muchas películas. Algunos de los films más destacados de la última década entran en esta categoría, así que no es necesariamente que estas películas visualmente impactantes sean malas (bueno, algunas sí), pero hubiesen sido mucho mejores con una narrativa cuidada y un guión bien escrito.

Hay películas que simplemente no funcionan, a pesar de que cuenten con una enorme producción, una historia medianamente buena, actores destacados y un director decente, el resultado de estas realizaciones las colocan en algún “tipo” de fracaso (de crítica, taquilla, o ambos casos a la vez). Esto no siempre ocurre por falta de esfuerzo, ni por un mal enfoque, si no por detalles que no se analizaron o surgieron de manera inesperada de acuerdo a la época de su estreno o el desarrollo de algún personaje y un largo etcétera.

En ocasiones, un tráiler puede ser engañoso. Demasiado. La magia de la edición y el buen gusto nos permiten ver pequeñas piezas de alrededor de dos minutos que presentan la esencia de la película y, sin revelar demasiado, darnos una serie de elementos que nos atraen irremediablemente. Pero si todo lo que vale la pena del film es tan solo esa construcción condensada de escenas, algo no está bien.

Aunque más de uno quiera negarlo, todos los cinéfilos estábamos esperando ansiosos el lanzamiento de la tercera película dentro de la saga Tron, por el momento titulada Tron 3 (pero que, supuestamente, iba a ser llamada Tron: Ascension).