Esenciales pero deportables
“Bienvenidos al EEUU de Donald Trump": Los inmigrantes defienden sus derechos en las calles
Usan Facebook para alertar de operativos y patrullan los barrios más visitados por ‘La Migra’: así han arreciado su lucha los indocumentados en California y Carolina del Norte.
1 Listos para lo peor
Cuando el presidente Donald Trump le reclamó en un tuit al gobernador de Carolina del Norte por vetar en agosto de 2019 una ley federal que busca facilitar los arrestos de indocumentados, los activistas en ese estado ya habían convencido a varios alguaciles para que dejaran de participar en los operativos de ICE.
Uno de los responsables de ese divorcio policial es Iván Almonte, quien desde que Clarence Birkhead hacía campaña para ser jefe del Departamento de Alguaciles de Durham le expuso la problemática que vivían miles de familias sin documentos. Le mostró artículos y organizó reuniones con abogados. Birkhead prometió romper la colaboración con ICE si era electo y grupos proinmigrantes le respaldaron.
Iván es indocumentado y no puede votar, pero es parte de un colectivo que promueve las campañas de políticos progresistas, como Birkhead, quien fue electo a finales de 2018.
Recién asumió el cargo, el nuevo jefe policial cumplió su palabra, uniéndose a cinco alguaciles negros de Carolina del Norte que cortaron lazos con la policía de Inmigración. En ese estado, la población hispana se ha duplicado desde el año 2000.
“Todos tienen el derecho a sentirse seguros y a no temer que alguien vaya a llegar a su casa para llevarse a su madre o su padre para deportarlos”, dijo Birkhead a Univision Noticias. Aseguró que, por esta medida, ahora reciben más denuncias de inmigrantes.
La respuesta de ICE no se hizo esperar: puso a estos seis condados en su lista de “jurisdicciones que no cooperan” y regularmente publica las fotos de los indocumentados liberados sin notificarles.
Además, endureció sus operativos: en agosto y septiembre del año pasado arrestó a casi 2,000 inmigrantes, cerrando el 2019 con 13,247 detenciones en las Carolinas y en Georgia. La cifra representa un declive del 13% cuando se compara con el año previo, pero significa un alza del 49% frente al 2016, cuando concluyó el gobierno de Barack Obama.
Desde el inicio del gobierno de Trump, más de 26,000 inmigrantes en esos estados fueron devueltos a sus países.
“Muchos de mis amigos, gente de la comunidad fueron deportados. Muchos niños quedaron, por decirlo así, huérfanos (…) inclusive víctimas de violencia doméstica”, dijo Iván, quien ha sido indocumentado desde que cruzó la frontera hace 21 años. “El sistema es tan injusto, la separación de familias es tan drástica”, lamentó.
Desde que Trump ganó la elección presidencial, millones de personas se involucraron en el activismo y han salido a las calles. En el centro de las protestas ha estado la política migratoria de ‘tolerancia cero’ que ha ocasionado arrestos masivos sin distinguir antecedentes penales, la separación de familias, las detenciones de niños en la frontera y negar asilo a quienes huyen de la violencia en sus países.
Aunque muchos activistas llevan varios años luchando por los derechos de sus comunidades, la agenda antiinmigrante de la actual administración los llevó a cambiar sus tácticas de resistencia. Desde un programa de radio conducido por jornaleros y organizaciones que usan las redes sociales para responder a los operativos para arrestar indocumentados, hasta grupos de ‘autodefensas’ que vigilan barrios hispanos para ‘ahuyentar’ a los agentes de ICE.
La lucha del activista Iván se basa en promover el voto, cabildear para incidir en las políticas que afectan a la comunidad inmigrante en Carolina del Norte y abogar por las familias separadas por ICE.
En enero, él recibió un mensaje por Facebook describiéndole un drama que ha escuchado varias veces. La ecuatoriana Mónica Segura le contó que a su esposo, Alex Pineda, de Honduras, lo habían detenido por una infracción de tránsito y terminó bajo custodia federal. Ella quedó sola con un hijo de cinco años, sin dinero para mantener su hogar y con un embarazo de alto riesgo. Semanas después del arresto de Alex, Mónica se lastimó la columna en un choque automovilístico y tuvo un parto prematuro.
De inmediato, la comunidad se organizó para no dejar desamparada a esta madre. A pesar de su situación migratoria, Iván visitó a Alex en el centro de detención de Stewart, en Georgia. “Cuando una familia está sufriendo la separación por la deportación es un trauma, es un estrés”, describió.
En febrero, varios activistas le hicieron un baby shower a Mónica en Durham para que recibiera pañales, ropa y otros artículos para la recién nacida Monique. Cuando su esposo Alex llevaba cuatro meses en cárceles de ICE sucedió algo inesperado dada la dureza de la política de ‘tolerancia cero’: lo liberaron por los brotes del coronavirus entre los inmigrantes detenidos.
El 2 de mayo se volvió a reunir con su familia y cargó por primera vez a su bebé. “Fue muy emocionante verlo de nuevo (…) es un milagro de Dios”, expresó Mónica.
La radio de los jornaleros de California
“Buenos días (…) Le damos la bienvenida aquí a ‘Voces Jornaleras’ en una edición más de Nuestra Voz: Radio jornalera”. El mexicano Luis Valentan saluda a su audiencia como un profesional, aunque se aventó al ruedo de la locución hace apenas unos meses. Lo suyo es trabajar de albañil, pintor o lo que ese día necesite el patrón. Ha sido jornalero desde hace más de 20 años y a veces lo contratan mientras conduce el programa. Cuando eso ocurre, deja a sus compañeros a cargo del micrófono.
‘Voces Jornaleras’ se realiza desde mayo de 2019 en un espacio que antes albergaba la bodega del Centro Comunitario de Pasadena, en el sur de California. Es el matutino estrella de Radio Jornalera y se transmite en internet tres veces por semana. Su popularidad ha crecido tanto que ya tiene público en México, El Salvador, Honduras, Colombia, Ecuador y Canadá.
Valentan cuenta que su programa y la estación de radio nacieron por la necesidad de informar sobre sus derechos a los inmigrantes más vulnerables, quienes todos los días piden trabajo temporal en las esquinas, en centros laborales y afuera de tiendas departamentales. Varios son indocumentados.
“Aquí en la radio nosotros estamos enfocándonos en empoderar a las personas con sus derechos”, dijo en una entrevista con Univision Noticias.
Las cumbias y las canciones de protestas se tocan en ‘Voceos Jornaleras’ entre los consejos de abogados sobre cómo exigir a los malos empleadores que paguen y cómo protegerse de los operativos de ICE. “Es importante que no firme nada y guarde silencio”, recomienda un mensaje grabado de la estación refiriéndose a qué debe hacer una persona detenida por ‘La Migra’.
También hablan sobre el acoso policial, las agresiones de grupos supremacistas y la agenda política del presidente en un segmento cuyo título usa un juego de palabras: ‘esquivando las trompadas de Trump’.
“Desafortunadamente todo este ambiente hostil que se ha generado por esta política racista ha generado que empleadores se aprovechen de eso y que puedan acosar y amenazar a los trabajadores jornaleros con llamar a Migración o a la policía”, lamentó Valentan, quien emigró de la Ciudad de México en 1991 y ahora es padre de tres estadounidenses.
Radio Jornalera se transmite desde un centro que es parte una red “de respuesta rápida” conectada a varias organizaciones que están listas para prestar ayuda en caso de que ICE realice una redada en la zona. Dicha estrategia basada en las redes sociales se realiza en otros lugares del país.
Antes de tener una radio en internet, estos activistas se convirtieron en animadores de las marchas proinmigrantes en Los Ángeles, a través de su grupo musical Los Jornaleros del Norte. “El acompañamiento con música, con arte, es una forma de expresión y de resistencia, de crear más fortaleza en nuestra comunidad, de hacer una resistencia más creativa", explicó Valentan.
Los ‘autodefensas’ que persiguen a ICE
“Buenos días, raza. Aquí está ‘La Migra’”, advirtió una activista usando un altavoz la mañana del 22 de octubre de 2019 en un vecindario hispano de San Diego, California. Fue una transmisión en vivo en la página de Facebook de Unión del Barrio, una organización comunitaria que nació en esa ciudad hace 39 años. Casi al finalizar el video, dos miembros de ese grupo afirmaron que supuestos agentes de ICE decidieron cancelar su misión. “‘La Migra’ no se fue, el pueblo la sacó”, celebraron.
Al menos dos veces por semana, voluntarios de Unión del Barrio salen en la madrugada tratando de anticipar el siguiente operativo de captura del Servicio de Inmigración y Aduanas. Se dividen para abarcar una zona geográfica más amplia, se comunican usando radios, reciben información de las redes sociales y–para no ser predecibles–cambian las rutas y los días que patrullan.
Ellos se consideran ‘cuerpos de autodefensa’ porque aseguran responder a las acciones de una agencia policial que está “destruyendo” y “atemorizando” a sus vecindarios. “Por la necesidad de mantener a nuestras comunidades unidas nos vimos forzados a activar este operativo de ‘autodefensa’. Ya estamos cansados de estar viviendo con miedo”, comentó Armando Abundis, un mexicano de 50 años que integra esta organización desde la década de 1990.
Aquella fría madrugada, su Jeep negro recorrió barrios habitados mayormente por inmigrantes mexicanos, entre las carreteras 15 y 805. Otro vehículo se dirigió al oeste. Ambos llevaban una identificación desprendible en sus puertas que leía: “Protegiendo a la comunidad. No al temor de ICE y la Policía”.
El equipo de Abundis entró a oscuros callejones, revisó el estacionamiento de un supermercado hispano y pasó lentamente por varias cuadras.
“Esto de los patrullajes lo hicimos por necesidad, debido a las deportaciones que se estaban dando bastante fuertes aquí en el área de San Diego”, explicó Abundis. “Tratamos de encontrarlos antes de que pase una detención que resulte en una separación de familia”, agregó.
Cuando detectan un operativo de ICE, los activistas comienzan a transmitir en vivo en Facebook para documentarlo y se comunican con los indocumentados en la zona para advertirles que no salgan. Dicen que casi siempre los oficiales federales prefieren irse del lugar.
Unión del Barrio también elaboró un boletín en el que colocó fotos de los vehículos que más usan los agentes migratorios y sus características: marcas estadounidenses, vidrios polarizados y sin placas.
“Las deportaciones que se están llevando a cabo dentro de nuestra comunidad nos afectan directamente porque es gente que conocemos, son nuestros vecinos en casos, son familiares en varios casos (…) y si nos están destruyendo ¿quiénes somos como comunidad?”, relató otro voluntario, Rommel Díaz, quien huyó de Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet.
En un comunicado enviado a Univision Noticias, ICE advirtió que este tipo de actividades pueden tener consecuencias. “Interferir con un oficial federal que realiza sus deberes o difundir falsedades que provoquen histeria no solo es un peligro para el oficial, sino también para el público en general”, señaló James Matuszewski, subdirector de la dependencia en San Diego.
Los voluntarios de Unión del Barrio no son los únicos que ‘corretean’ a ‘La Migra’ en esa región. Beni Martínez, un inmigrante mexicano que durante 23 años fue indocumentado, lo hace solo, apoyándose en cientos de usuarios de Facebook que siguen sus transmisiones en vivo.
El activista interactúa con ellos mientras maneja por las calles de Escondido, San Marcos y Vista. Su Honda rojo no se detiene: entra a complejos de apartamentos, estacionamientos de negocios y otros lugares donde él cree que hay oficiales federales buscando indocumentados.
“Por mi cuenta voy a ‘cazar’ agentes de ICE, tratar de encontrarlos antes de que ellos hagan un arresto y una deportación”, señaló Martínez, quien decidió realizar los ‘patrullajes’, primero en grupo y después por su cuenta, cuando mostró los colmillos la política de ‘tolerancia cero’ de Trump.
Martínez es una especie de vigilante solitario en los barrios migrantes. Sale en la oscuridad de la madrugada, siguiendo su instinto y los reportes que recibe en las redes sociales. Siempre lo hace conectado a una transmisión en vivo en Facebook y notificando a sus familiares a dónde va. Es su manera de protegerse, dice él, de quienes no están de acuerdo con lo que hace. “Bienvenido a la América de Donald Trump”, expresa con ironía al describir su táctica para estar localizable.
San Diego fue escenario en el 2019 de varios arrestos de indocumentados, como la detención de 26 empleados de la tienda Zion Market en febrero y la captura de 20 inmigrantes en julio, en los días en que Trump amenazaba con realizar redadas masivas en ciudades santuario.
Fueron acciones espectaculares que poco abonaron a las cifras de la oficina local de ICE, que concluyó el ciclo fiscal 2019 con 2,280 arrestos, un 65% menos cuando se compara con las 6,538 detenciones de 2013, durante la administración de Barack Obama. No está claro qué tanto incidieron las actividades de los grupos proinmigrantes en esa caída. ICE ha dicho que más le han afectado las leyes santuario que limitan la cooperación con policías municipales y alguaciles.
Martínez afirma que ha tenido algunos logros en sus recorridos, como el día en que ahuyentó con su celular a unos agentes encubiertos que esperaban afuera de unos apartamentos. “Aquí filmé a un Impala gris con vidrios oscuros que estuvo por horas y la gente no salió a trabajar por el miedo”, contó.
Este migrante que salió de su natal Guadalajara en 1993 por la violencia del narcotráfico expresa satisfacción por haber creado una comunidad cibernética que está atenta a los movimientos de ICE. “Tengo miles de ojos, la gente está reportando (…) Sé que a ICE le he hecho más difícil su trabajo”, aseguró.
¿Qué sigue en el movimiento de resistencia?
Un tranquilo vecindario de Long Beach, en el sur de California, se convirtió de pronto en una fiesta popular con danzantes aztecas, un taquero, una lonchera y aguas frescas. Otro día llegó un alegre mariachi. Era, en realidad, una serie de protestas sui generis afuera de la casa de un alto mando de ICE pidiéndole renunciar, resolver las acusaciones contra los centros de detención y liberar a los niños migrantes.
Estas manifestaciones tomaron por sorpresa a dicha dependencia federal, que las considera un “ataque” a sus funcionarios y sus familias, y alega que los activistas están llevando las denuncias a “otro nivel”.
“Tenemos grupos parados afuera de las casas de nuestros oficiales llamándolos nazis y racistas (…) Están interrumpiendo sus vidas y las vidas de las personas que están en su comunidad, eso es inaceptable”, reclamó el director de ICE en Los Ángeles, David Marin, en una entrevista con Univision Noticias en noviembre.
Entre los activistas que decidieron alzar la voz en la casa del directivo de ICE estuvo Patty Chávez, quien es un rostro conocido en el movimiento californiano anti-Trump. Ha protestado frente al centro de transferencia de inmigrantes detenidos en Los Ángeles, en la cárcel de Adelanto y, recientemente, contra republicanos que se oponen a las ayudas económicas para los indocumentados durante la pandemia.
“En California estamos ganando los activistas, la comunidad, porque nos hemos estado organizando, luchando en contra de la discriminación, en contra de los ataques de ICE. Salimos a levantar la voz por todas esas personas que no están siendo escuchadas”, dijo Patty, quien es una de las administradoras del grupo de Facebook llamado Alerta ICE, que responde a los operativos de esa dependencia.
“Hay más ataques en nuestra comunidad. La gente tiene mucho miedo, están aterrorizados. Me llaman para decirme: ‘Patty, ya no tenemos comida y no podemos salir por miedo de que Migración nos deporte’. Hasta ese extremo hemos llegado”, lamentó.
Tenía 14 años cuando dejó su natal Michoacán y cruzó ilegalmente hacia Estados Unidos. Unos vecinos la trajeron ofreciéndole empleo, pero al llegar la obligaron a cuidar tres niños. En la escuela sufrió discriminación. Esos abusos fueron despertando su espíritu de lucha y, en 2018, cuando Trump comenzó a separar a miles de familias en la frontera, se metió de lleno al activismo.
Ahora tiene dos empleos, estudia derecho en la universidad Peoples College of Law y es coordinadora de un comité de resistencia de la organización Unión del Barrio en Los Ángeles. “Es básicamente la comunidad resistiendo en contra de los ataques de ‘La Migra’”, explicó.
Bajo la lupa del grupo está la cárcel de ICE en Adelanto, donde han fallecido siete migrantes desde su apertura en 2011. Dicha instalación federal, la más grande en su tipo de California, ha estado en el ojo del huracán por múltiples señalamientos de abusos, negligencia y maltrato hacia los detenidos. “La situación es tan horrible que muchas personas intentan suicidarse”, denunció Patty.
Sus dos hijos adolescentes están siguiendo sus pasos y la acompañan a las protestas. “Uno de mis propósitos es inculcarles a mis hijos que aprendan a luchar en contra de las injusticias”, aseguró.
Fotogalería
A ella y a otros activistas se les preguntó qué harán si Trump es reelegido en las presidenciales de noviembre próximo. Sus respuestas se resumen de esta manera: continuar las protestas en las calles, seguir informando a los indocumentados sobre sus derechos, promover el voto y no dejar de perseguir a ‘La Migra’.
La otra posible opción en las urnas, el demócrata Joe Biden, tampoco es muy alentadora: fue el número dos de la administración Obama, que deportó a casi tres millones de indocumentados, un récord que ni Trump ha podido igualar.
“Tenemos que unir nuestras voces para crear poder (…) Si no existiera esta resistencia estaríamos más oprimidos”, reflexionó Iván, el activista de Carolina del Norte. “Es una resistencia colectiva, de lucha, de dignidad”, concluyó.
Univision Noticias. 2020